El Inicio [Mitternacht]

Aun quedaban vestigios del astro rey sobre los oscuros cielos, mas en la cubierta del SteamPunk casi solo las sombras permanecían.
Ahí mismo en cubierta un pequeño foco de débil luz era lo único que impedía que el capitán fuese consumido por la oscuridad, y es que sentado cómodamente con la espalda apoyada en una de las corazas de los grandes cañones observaba perdida y distraidamente el horizonte lejano aspirando el humo de su tabaco y exalandolo con pereza fuera de él. Sus manos reposaban detrás de su nuca, era el rey de su propio barco y después de una larga semana se estaba permitiendo un descanso... pero...

pero... un ligero detalle desató las correas de un viejo perro encadenado.

McCormac se puso de pie bruscamente sin dejar de apretar la pipa entre sus labios, pero separándose del cañón para observar hacia donde debía estar el océano y en su lugar había una gran muralla. Sus cabellos largos se agitaron por la brisa fría entrante. El hombre-lobo cerró sus ojos y extendió sus brazos para sentir el aliento de Lyr, mas su gozo duro muy poco.

Lejos muy a lo lejos en lo profundo de las entrañas de la tierra algo se agitó, cual cola de dragón reposando, cual latido seco en un pabellón donde ya se daban todos por muertos... La pipa cayó al suelo regando sus cenizas aun incandescentes mientras el hombre comenzaba a correr escaleras a bajo.

Su carrera fue corta Snipy iba a su encuentro y es que en la sala de controles todo estaba revolucionado.

Cuando McCormac llegó hasta ahí los Pobres Shovel y Pilot estaban como unos locos salidos del letargo contestando varias radios al mismo tiempo; rebeldes de las tierras altas, guerrillas londinenses, pobladores escoceses e incluso células del Reich en gales estaban buscando respuestas a un misterio... Benditos y queridos Minions. Era verdad, entonces algo se agitaba.

McCormac meditó un momento las cosas... muchos habían sentido este cambio; ellos en la entrada de brisa marina en primera instancia, otros a través de la tierra y otros viendo "sus señas sagradas". Todo esto más el hecho de que las Lost Souls también estaban moviéndose indicaban que no era un simple fenómeno natural y que todo apuntaba al un simple hecho...

El epicentro no se encontraba en los lugares donde habían sido recibidos los reportes, incluso no se encontraba ahí bajo sus pies -un alivio por cierto-.

Miró fijamente a Snipy ella sabia que hacer, por lo que las palabras no fueron necesarias. Tomó los hombros de los otros hombres y salió del lugar, era hora de ponerse la chaqueta, meter algunas cosas al bolso y salir a "Tierra".

Las luces del muelle comenzaron a titilar encendiéndose lentamente. Las botas del hombre ya no estaban en contacto con el metal, sino levantando el polvo seco que absorbía la humedad de la brisa aun más rápido que cualquier naufrago.

McCormac dejó la playa, el rifle de Snipy se guardó... ella cuidaría de todos mientras él iba en busca de respuestas... del peligro.

A medio camino, muy cerca de Cardiff el hombre lobo tuvo que agazaparse a una muralla observando con el rabillo del ojo a un grupo de Ravagers que parloteaban a cerca de una visión de cuervos danzarines en Londres... en Babel.
McCormac Olisqueo el aire y afiló el oído, había más de ellos.. siempre lo hay, pero no estaban tan cerca. Hubiese podido despedazar a los 3 que ahí tenia sin dificultades y huir, pero no quería tener compañía en sus talones y no tenia interés en matar humanos que podrían prestarle cierta ayuda. Debía atravesar un canal para llegar a Londres y no quería mojarse las patas.

¿Cuervos dices? exclamó saliendo de su escondite con total naturalidad. él no estaba espiando, solo pasaba por ahí. Los muchachos se miraron los unos a los otros. McCormac sonrió y elevó las manos. Parlotean muy fuerte y parlotea de algo inusual. Observó a izquierda y luego hacia el fondo, indicándoles a los muchachos que sabia de la existencia del resto, así evitaba que intentaran en vano pasarse de listos o empezaran con bobaliconadas.

La piel seca, casi como pellejo pegado a sus huesos, la ropa roida, desarmados y con unos botiquines sin abrir, eran una presa demasiado facil y él esperaba con que ellos lo supiesen. No les dio mucho tiempo de pensar. Voy de camino a Londres y necesito atravesar el canal sin mojarme o que intenten meterme un tiro en la cabeza y uds. Necesitan saber que inyectarse de ahí para volar sin morir en el intento. Sonrió Junkies... La otra clase, la "típica" diríamos.

El lobo no tuvo tiempo de preguntar "¿tenemos un trato?" cuando ya lo estaban conduciendo fuera de ahí y escoltado.

La noche se hizo corta, cortísima y no se trata solo de las pocas horas de oscuridad que hay, no. Estos Ravagers no eran precisamente callados, por lo que entre anecdotas e historias de guerra ya habían atravesado el canal y se estaban internando en territorio Londinense.


Era un nombre que no olvidaría, era una llave para varias puertas.

La tarde ya se había hecho, adentrarse en el laberíntico basurero que se habia vuelto la ciudad era más complicado de lo que parecía y tratar de pasar desapercibido aun de día había sido toda una tarea con tal de adentrarse al lugar, de todas formas el tiempo pareció sobrarle; descansó, bebió agua, comió algo y succionó la vida de la tierra misma. Como había predicho... la actividad estaba volviendo al durmiente lugar y cuando la noche nuevamente comenzo a despuntar la razón nuevamente cayo sobre el...

Alimañas

Cientos y cientos de ellas... oh! pero que apetitosos manjar de sangre y destrucción ¿cuanto llevaba esperando por una oportunidad así? y pensar que no podría darse aquel lujo. ¡Maldecía! y es que era oportunidad de sacarlos de la calle... era una oportunidad única a la que tuvo que darle la vuelta.
Aunque... si su suerte no le abandonaba, una vez hubiese husmeado suficiente podría liquidarlos y entonces la única pregunta que tendría que hacerse seria ¿con que rostro?.

Se apegó a uno de los edificios -el que menos demolido se veía- y con un par de saltos ya se encontraba sobre la tejadumbre. Desde ahí podian verse los cuervos comenzar a danzar ¿Solo la noche los atraía? Los graznidos llenaron el lugar. McCormac corrió hasta la cornisa saltando al edificio más cercano. Correr y saltar los techos era muy vistoso, así que comenzó a saltar los edificios a través de los balcones o ventanas hasta llegar lo más cerca posible de la Torre y desde las alturas observar que se tejía en un sitio así.

¿Donde estaría ocultándose aquellos que como él se sintieron atraídos a esta trampa? Se relamió

Los orbes del hombre lobo se abrieron de par en par mientras su corazón daba un brinco... la excitación.
La imagen era similar a la noche del UnReich cuando el del nombre invertido dejo fluir sus vidas como ríos de sangre.

Dejada la impresión de lado se parapetó rápidamente en su escondite nuevamente observando en silencio, no solo con sus ojos, sino que con todos sus sentidos y ahí estaba, agazapado, asechante y "aparentemente" cubierto cuando la figurilla de la niña hizo su entrada en escena.

Estaba mirando directamente el lupo? ¿Porqué a él cuando había otros cerca? ¿Era el único evidentemente oculto? No... no era eso, era una invitación genérica, cual Sirena que llama al que se acerca y así mismo estaba siendo llamado, él y todos ahí. Maldijo.

La pregunta que debía hacerse se hizo más temprano de lo esperado ¿Con que rostro enfrentar lo insospechado?
Se apretó la correa del bolso, usaría el rostro que lleva, el rostro del buen samaritano anónimo. Sonriente y seguro de sí. Snippy salvaguardaría todo, no tenia nada de que arrepentirse, solo de retroceder.

Entonces otros comenzaron a acercarse, no estaba equivocado entonces era una Sirena llevándolos a su guarida. Un escalofríos recorrió su espina.


Seamos optimistas. Solo quiere diversión. ¿Serán muy distintos los conceptos de diversión?
La sola idea lo entretuvo a medida que caía desde lo alto de su escondite hasta la planicie. No miró hacia arriba; allá no había nada. No miró hacia atrás; la ola de alimañas seguiría derecho. No miró hacia los lados, ya conocería a sus compañeros dentro de la red de la araña.

Dio un fuerte brinco, sus poderosas piernas lo adelantarían de la mayoría.

Se encontraba atravesando las grandes murallas, observando su altura y su... desnudez, grandes construcciones antiguas, roídas y despojadas de toda vida, por que ni las más rastreras enredaderas sobrevivían en este sitio.

Su paso era rapido, no estaba solo y no quería darle tiempo a nadie de examinarlo, aunque... cada uno estaba en su propio mundo, observando el lugar tratando de saciar su curiosidad mientras salvaban el pellejo.

La pequeña se escabullo hasta la torre, hasta una pequeña grieta... oh si que era una invitación a perder la cabeza ahí dentro, literalmente quizás. No lo pensó dos veces, si iba a enfrentarse a una bestia peor que la muerte lo haría primero, no quería esperar y no lo hacia de "Bueno" como para evitarles el sufrimiento a otras... al contrario, si era el primero en enfrentarle quizás podría ser el primero en negociar. No era un secreto que oscuros y arcanos poderes se escondían en algunos lugares de Londres.

El lobo puso pies en pólvora y corrió a toda velocidad hacia el sitio. Lo hubiese hecho en cuatro patas, pero no quería delatarse como licantropo.

Llegó al sitio, primero que nadie, examinó la grieta y disminuyendo su masa corpórea se escabullo al interior donde se había metido la niña...

¿Que le depararía?