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✞ El Nuevo Guardia de la Torre
4 participantes
Página 1 de 1.
✞ El Nuevo Guardia de la Torre
"I fear I'm writing a requiem for myself..."
-Mozart
- Ambientación:
Apenas te acercas y observas el daño que ha sufrido la torre... es extraño - si la has visitado antes - observarla con tremendo boquete en vez de techo, agrietada casi hasta la mitad y sin esa orgía de oscuridad que usualmente la rodea, tan amenazadoramente. Luce simple ahora, otra ruina más en la Zona Cero.
- La Torre ahora...:
- Torre
Te escabulles al edificio y lo que te recibe - aparte de la fetidez penetrando el aire - es una cacofonía que se adhiere mezquinamente al sentido, alterándolo con su escabrosa disonancia. Quizá puedas reconocer ese vestigio del pasado que antaño fuera reconocido como el muy vanagloriado Requiem de Mozart, ahora agonizante, una perfecta ironía de lo que era este mundo: el fantasma de otro.
LACRIMOSA.
DIES ILLAE...
DIES ILLAE...
Se ha ido.
Para los que la esperaban. Aquéllos ignotos simplemente son testigos de uno de tantos horrores de uno de tantos días: lo que queda de la estancia se abarrota de cuerpos cadavéricos, cuya cabeza apunta hacia el piso, estacados en la piedra caliza, tornándola rojiza uno junto a otro, uno junto a otro, sucesiva e infinitamente. Algunos todavía se retuercen por inercia, como si los nervios aún estuvieran funcionando... Es difícil decir si son humanos o bestias, todos lucen - y apestan - igual ahora.
El fulgor cobrizo de la luna termina de darle el toque a la escena, filtrándose furiosa por donde antes hubiera estado el techo de la Torre, ahora desaparecido casi por completo, con los pedregones desmoronándose aún.
- Interior:
La figurilla blanca te llama. Apostada al final de lo que solía ser la escalinata que asciende hacia la noche, te mira caminar, quiere descubrir tu asombro o tu total desinterés o tu mezquindad oculta, observándote como si fueses lo único entre ella y esa oscuridad. Tus pasos se tiñen de carmesí conforme avanzas, es casi un presagio que te abre camino a la muerte, porque sientes una gran presión sobre tus hombros, como que el aire se hubiera vuelto más pesado.
Otros están ahí, junto contigo. En su rostro se asoman muchas - o pocas - emociones, pero coinciden en algo: el desconcierto...
- La mujer:
- Su larga y lisa cabellera rojiza ondea rozando la parte inferior de sus muslos resaltando, no solo sus bellos y coquetos orbes verdes, los que capturan más la atención que la orgullosa cicatriz que corta una de las mitades de su rostro, sino también la tersa y blanca piel bajo sus oscuras tenidas de cuero y acero. La criatura mide alrededor de 1.73 metros y a pesar de no ser de las más altas de su especie es capaz de intimidar e imponerse a cualquiera con su afilada y fría mirada cual navaja. La dureza con la cual ha tenido que sobrellevar su existencia ha provocado que su figura se mantenga siempre esbelta y entrenada, ciñendo la piel a la carne volviéndola un atractivo peligro. Adicionalmente sus colmillos son más largos que el del humano común y bajo sus cabellos se ocultan sus orejas puntiagudas.
- El hombre:
- Metro Setenta. Cabellera Castaña y abundante. Nariz Ancha y mentón firme. Ojos de un Intenso color Ámbar. Espalda Ancha y cuerpo fornido. Piel blanca, ligeramente tostada y curtida por la sal del océano. Brazos y Piernas Anchas, las que causan le impresión de que su tamaño es ligeramente menor del que posee. Voz grave y suave, incluso melódica.
Su herencia Animal provocó -entre otras cosas- que sus vertebras sobresalgan. Esto provoca que si McCormac inclina su peso hacia adelante puede entreverse su salvaje naturaleza en la Silueta de una bestia.
- El sacerdote:
- A primera vista el padre Pietro se ve como un cura normal y corriente, algo pasado de años y con una larga sotana. Lo único que destaca del son sus extravagantes lentes y un crucifijo. Su corto y gris cabello junto con las arrugas de su rostro que contrastan con su clara piel, le ofrecen un aire de sabiduría y respeto. Por lo general su rostro es sereno y algo melancólico mientras sus ojos siempre atentos, están cubiertos por sus lentes circulares, con un filtro naranjo. Al caminar Pietro lo hace con las manos en la espalda y sin apresurarse, los años le han enseñado a apreciar el presente. Al hablar su voz es rasposa, calmada y con un tono algo sarcástico.
Esos pequeños ojos rojizos se asoman y te husmean de arriba a abajo, mientras sus manillas se aferran al borde. Sonríe y se reincorpora a medias, sentada en el piso, aún lejos de tu alcance pero no de tu vista: el área del abdomen está mancillada con sangre, más no parece incomodarle ni eso ni la escena a su alrededor, desencadenándose. Lleva un sombrerito tan blanco como el resto de sus ropas y podrías apostar que no llega a los 12 años. Tintinea los dedos en el aire y aparta el brazo del viejo fonográfo que descansa junto a ella de la superficie del acetato, provocando un molesto scratch al hacerlo. No deja que el silencio dure un segundo y con su vocecilla aguda es que hace eco:
- Así que son ustedes ¿huh? Buh-huh~ lucen muy comunes, qué decepción. En fin, si están aquí es porque merecen estarlo, pero llegaron un poco tarde, así que Babel les deja un saludo...
Alza su diestra y señala hacia un punto en específico, el cual pasaba inadvertido hasta que su índice lo hizo obvio: una de las paredes se engalana con tinta sanguínea, cual cliché...
- Mensaje*:
- No sé que significa, meh... ¡Pero no importa! Dijo que ustedes lo descubrirían ¿son así como detectives? - Es asombroso lo mucho que se asemeja a un crío, desde sus entonaciones hasta sus expresiones, las cuales van desde el más genuino desinterés hasta la absoluta sorpresa. Se pone en pie y sacude sus ropas, como si le preocupara que fueran a "ensuciarse" más, luego se lleva las manos a la espalda y comienza a tambalearse sobre sus talones y puntas, en un vaivén infantil - Me dijo que les dijera que en ausencia del señor del castillo debe haber un guardián. Aunque muchas alimañas intentaron escabullirse como ratoncitos, terminaron mal... je, je se lo merecen ~ asoma una sonrisa siniestra que se va tan pronto como viene - También dijo que si alguno de ustedes quería el puesto, lo tenía, pero que cuidaran a los Inocentes que habitan el lugar. A cambio, le dejará tener Londres... ¿Para qué sirve un "Londres"? -
Ladea la cabeza y los observa al terminar su pregunta. Puede estar algo desquiciada, pero tiene razón en ese punto ¿qué harías con Londres?
¿Y cuál es la trampa?
Hermes- Webmaster
- Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Varias criaturas encontraron la forma de colarse en el interior de la torre, mas el lupo solo puede distinguir o rescatar dos olores de entre todos aquellos desafortunados que descansan a la altura de sus tobillos en estos momentos ¿Habrán llegado antes que la muchacha y este es su castigo?
¿El hermano y gatillo flojo estarán vivos en algún lado? Se pregunta mientras observa el lugar, mientras sus sentidos registran el hedor, la putrefacción, la edad de la piedra, la órbita de los ojos, la humedad de la carne, la música de fondo e incluso la energía que aun emanan... en resumen la escena completa... y eso que aun no alza del todo la vista sobre las escaleras. Claro! es consciente de que algo esta allá arriba, pero ese "algo" no se presenta como una amenaza aun, sino solo como un observador.
Aprovecha su valioso tiempo, no es de los primeros, pero parece que de los primeros en seguir con "vida" por lo que teniendo en cuenta que no sabe cuando o si volverá a alimentarse, decide darle un descanso a esos cuerpos devorando las pocas energías que les quedan antes de enfrentar a las escaleras.
Levanta la vista del todo. La pequeña muchacha se encuentra ahí observando silenciosamente. Entonces cuando da el primer paso sobre la escalinata ya no esta solo; una mujer y un sacerdote le acompañan, y la música... la música se ha ido.
Es ella la que habla.
El le sigue con la mirada, observando sus infantiles juegos, sus reacciones siempre manteniendo su compostura seria y atenta. No faltaría el respeto a su anfitrión, sea lo que sea.
Cuando ella se detiene, él comienza a subir. No todo el trayecto, desconoce hasta donde le dejarán llegar, pero sube tanto como puede o le advierten los ojos o palabras de ella.
Si ella no le detiene, incluso se inclinaría en el ultimo escalón antes de estar en el mismo plano de ella para estar a la altura de aquellos ojos y oídos aunque teniendo en cuenta que hay otros que quizas quieran responder la preguntar o ella necesite dirigirles la mirada, por lo que se instala a un costado y no directamente frente a ella.
Os Saludo Babel exclamó mirándola a ella, pero refiriéndose a la estructura que los rodeaba. Se guardaba el significado de las palabras para él, pero no pasaría por alto el saludo. Entonces redujo la potencia de su voz solo para la muchacha, aunque sin susurrar. ¿Quienes son aquellos Inocentes que merecerían de cuidados? Por qué si de mi dependiera conservaria este sitio y hundiría el resto Londres librándonos de las alimañas que ahora pululan y trayendo a la superficie agua que es más útil que el concreto roído y la tierra árida. Tomo aire lentamente sonriendo de medio lado con un dejo de picardia en su mirada ¿...y por cierto eres vos el guardián que busca su retiro pasando la carga o solo el mensajero de este castillo? elevó la ceja o quizás eres la torre misma y quien nos ha llamado, a mi y a todos con la capacidad de oírte.
Sirena. Todos han de haber visto lo que yo. Aquello no me engaña, pero que tretas si lo están haciendo?
¿El hermano y gatillo flojo estarán vivos en algún lado? Se pregunta mientras observa el lugar, mientras sus sentidos registran el hedor, la putrefacción, la edad de la piedra, la órbita de los ojos, la humedad de la carne, la música de fondo e incluso la energía que aun emanan... en resumen la escena completa... y eso que aun no alza del todo la vista sobre las escaleras. Claro! es consciente de que algo esta allá arriba, pero ese "algo" no se presenta como una amenaza aun, sino solo como un observador.
Aprovecha su valioso tiempo, no es de los primeros, pero parece que de los primeros en seguir con "vida" por lo que teniendo en cuenta que no sabe cuando o si volverá a alimentarse, decide darle un descanso a esos cuerpos devorando las pocas energías que les quedan antes de enfrentar a las escaleras.
Levanta la vista del todo. La pequeña muchacha se encuentra ahí observando silenciosamente. Entonces cuando da el primer paso sobre la escalinata ya no esta solo; una mujer y un sacerdote le acompañan, y la música... la música se ha ido.
Es ella la que habla.
El le sigue con la mirada, observando sus infantiles juegos, sus reacciones siempre manteniendo su compostura seria y atenta. No faltaría el respeto a su anfitrión, sea lo que sea.
Cuando ella se detiene, él comienza a subir. No todo el trayecto, desconoce hasta donde le dejarán llegar, pero sube tanto como puede o le advierten los ojos o palabras de ella.
Si ella no le detiene, incluso se inclinaría en el ultimo escalón antes de estar en el mismo plano de ella para estar a la altura de aquellos ojos y oídos aunque teniendo en cuenta que hay otros que quizas quieran responder la preguntar o ella necesite dirigirles la mirada, por lo que se instala a un costado y no directamente frente a ella.
Os Saludo Babel exclamó mirándola a ella, pero refiriéndose a la estructura que los rodeaba. Se guardaba el significado de las palabras para él, pero no pasaría por alto el saludo. Entonces redujo la potencia de su voz solo para la muchacha, aunque sin susurrar. ¿Quienes son aquellos Inocentes que merecerían de cuidados? Por qué si de mi dependiera conservaria este sitio y hundiría el resto Londres librándonos de las alimañas que ahora pululan y trayendo a la superficie agua que es más útil que el concreto roído y la tierra árida. Tomo aire lentamente sonriendo de medio lado con un dejo de picardia en su mirada ¿...y por cierto eres vos el guardián que busca su retiro pasando la carga o solo el mensajero de este castillo? elevó la ceja o quizás eres la torre misma y quien nos ha llamado, a mi y a todos con la capacidad de oírte.
Sirena. Todos han de haber visto lo que yo. Aquello no me engaña, pero que tretas si lo están haciendo?
McCormac- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 29/04/2013
Edad : 36
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Los sentidos se agudizaban mientras los escalofríos invaden tu cuerpo. El sexto sentido de Pietro se saturaba más y más con cada paso, murmurando en un principio y luego gritando
“no entres… no entres… ni un paso más…”
Sentido común, bastaba para que cualquiera se volteara y marcharse de ese tétrico lugar.
Que habrá sido lo que Pietro vio, una silueta por el rabillo del ojo quizás, una visión, o una retorcida treta de su subconsciente.
“no puede ser ella, no puede yo… ella ya está muerta” Pero estos pensamientos no fueron suficiente para quitar esa incredulidad.
-Anna, espera- Dijo el sacerdote conteniendo su voz, mientras corría hacia el interior de la torre.
El escenario era tan horrible como esa lúgubre música podría anunciar, pero Pietro no pensaba en eso, simplemente se reprochaba el haber caído en tan baja trampa, tal vil truco, Pero no podía estar seguro, si fue manipulado o todo fue causa de su culpa.
En un hall una niña, de ropas blancas y ensangrentadas esperaba a los invitados.
- Así que son ustedes ¿huh? Buh-huh~ lucen muy comunes, qué decepción. En fin, si están aquí es porque merecen estarlo, pero llegaron un poco tarde, así que Babel les deja un saludo...
El “Ojo que todo lo ve” no funcionaba simplemente porque ya estaba cansado de hablar. Aun así Pietro escucho cada palabra que tenía que decir, incluso las de el hombre que los interrumpió, como si estuviese esperando y recobrando con cada palabra su cordura.
Analizando la situación; el hombre que vociferaba no parecía extrañado de la situación mientras que la mujer parecía igual de desconcertada que Pietro.
-Las sombras que acoge la noche no incumben a los hijos de dios, pero dime ¿donde están los inocentes?- Esto era lo único que mantenía raya al clérigo, habían personas, inocentes ahí, en algún lugar. “quizás fue la divina providencia quien me envió aquí y la muerte de Anna no fue más que una prueba para traer esperanza a los inocentes”.
El sacerdote en sus años de estudio aprendió latín y pudo traducir el mensaje escrito en aquella pared, “Resurgiré de las cenizas”, ¿Qué quería decir esto? Que babel regresaría… si claro, pero significara que esta vulnerable, y ¿hace referencia a sí mismo como en cenizas?
“no entres… no entres… ni un paso más…”
Sentido común, bastaba para que cualquiera se volteara y marcharse de ese tétrico lugar.
Que habrá sido lo que Pietro vio, una silueta por el rabillo del ojo quizás, una visión, o una retorcida treta de su subconsciente.
“no puede ser ella, no puede yo… ella ya está muerta” Pero estos pensamientos no fueron suficiente para quitar esa incredulidad.
-Anna, espera- Dijo el sacerdote conteniendo su voz, mientras corría hacia el interior de la torre.
El escenario era tan horrible como esa lúgubre música podría anunciar, pero Pietro no pensaba en eso, simplemente se reprochaba el haber caído en tan baja trampa, tal vil truco, Pero no podía estar seguro, si fue manipulado o todo fue causa de su culpa.
En un hall una niña, de ropas blancas y ensangrentadas esperaba a los invitados.
- Así que son ustedes ¿huh? Buh-huh~ lucen muy comunes, qué decepción. En fin, si están aquí es porque merecen estarlo, pero llegaron un poco tarde, así que Babel les deja un saludo...
El “Ojo que todo lo ve” no funcionaba simplemente porque ya estaba cansado de hablar. Aun así Pietro escucho cada palabra que tenía que decir, incluso las de el hombre que los interrumpió, como si estuviese esperando y recobrando con cada palabra su cordura.
Analizando la situación; el hombre que vociferaba no parecía extrañado de la situación mientras que la mujer parecía igual de desconcertada que Pietro.
-Las sombras que acoge la noche no incumben a los hijos de dios, pero dime ¿donde están los inocentes?- Esto era lo único que mantenía raya al clérigo, habían personas, inocentes ahí, en algún lugar. “quizás fue la divina providencia quien me envió aquí y la muerte de Anna no fue más que una prueba para traer esperanza a los inocentes”.
El sacerdote en sus años de estudio aprendió latín y pudo traducir el mensaje escrito en aquella pared, “Resurgiré de las cenizas”, ¿Qué quería decir esto? Que babel regresaría… si claro, pero significara que esta vulnerable, y ¿hace referencia a sí mismo como en cenizas?
Pietro Ludovisi- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 18/06/2013
Edad : 97
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
La mujer simplemente ignoro a los ilusos que trataron de colarse al lugar, tenía la ligera impresión de que no durarían mucho después de todos ellos no fueron invitados... Aunque no sabía bien de donde sacabala esa impresión de ser "Invitada" era claro que así era. Desde las lejanas tierras de Escocia los latidos bajo tierra la habían atraído y esperaba ciertamente que valiera la pena tanto esfuerzo y tanto espectáculo que se había hecho allí a fuera. Se adentró en el lugar, probablemente hubiese sido una de las primeras en llegar a la escalinata desde donde la muchacha los esperaba, pero algo la detuvo un momento sintió que alguien la seguía y sus sentidos agudos no solo apoyaron esa idea sino que también le ofrecieron más datos, era un humano y de pequeños pies.
-Otra niña.- Su ceñó se frunció ligeramente, parece que el día de hoy tenía alguna clase de imán para esas pequeñas criaturas, pero era claro que la que estaba frente a ella ahora no era alguien a quien subestimar por su inofensiva apariencia. Siguió adelante, subiendo la escalera había otras cosas por la que preocuparse, por ejemplo los dos hombres que estaban varios escalones más arriba. No apresuró sus pasos y aun así alcanzo a oír el discurso de la jovencita quedando un tanto desconcertada por aquella propuesta. No todos los días te ofrecían un Londres...
Sus ojos se volvieron hacia la pared, luego una vez más hacia la muchacha su comportamiento la molestaba un poco. Desconocía el idioma, a pesar de que suponía que era latín, pero había una palabra -Resurget- que podría interpretarla como "Resurgir", el resto ni por si acaso podría deducirlo. ¿Babel resurgiría?
Miró de reojo al Sacerdote, tan desconcertada como ella, pero el otro Hombre no dudo un segundo en tratar de aprovecharse de la situación. Le dedicó una mirada un tanto opresiva como preguntándose cuan creído era para creerse capaz de tomar esa decisión tan a la ligera, aún así algunas de sus preguntas habían sido bastantes acertadas, esperaba escuchar una respuesta para ellas. No quería firmar nada sin antes leer la letra pequeña...
-Otra niña.- Su ceñó se frunció ligeramente, parece que el día de hoy tenía alguna clase de imán para esas pequeñas criaturas, pero era claro que la que estaba frente a ella ahora no era alguien a quien subestimar por su inofensiva apariencia. Siguió adelante, subiendo la escalera había otras cosas por la que preocuparse, por ejemplo los dos hombres que estaban varios escalones más arriba. No apresuró sus pasos y aun así alcanzo a oír el discurso de la jovencita quedando un tanto desconcertada por aquella propuesta. No todos los días te ofrecían un Londres...
Sus ojos se volvieron hacia la pared, luego una vez más hacia la muchacha su comportamiento la molestaba un poco. Desconocía el idioma, a pesar de que suponía que era latín, pero había una palabra -Resurget- que podría interpretarla como "Resurgir", el resto ni por si acaso podría deducirlo. ¿Babel resurgiría?
Miró de reojo al Sacerdote, tan desconcertada como ella, pero el otro Hombre no dudo un segundo en tratar de aprovecharse de la situación. Le dedicó una mirada un tanto opresiva como preguntándose cuan creído era para creerse capaz de tomar esa decisión tan a la ligera, aún así algunas de sus preguntas habían sido bastantes acertadas, esperaba escuchar una respuesta para ellas. No quería firmar nada sin antes leer la letra pequeña...
Mirielle Winter- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 26/04/2013
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Algo brilla en los ojos de la criatura, es incierto lo qué se asoma en ese pozo vacío de emociones, sin embargo, está ahí, permanece y en su retina te reflejas con el siniestro brillo rojizo de la luna, inundas sus ojos conforme avanzas... una sonrisa se dibuja en el pequeño rostro, va de oreja a oreja, como si eso fuera lo que esperaba exactamente de ti.
Mira al hombre directo a los ojos, le agrada que se disponga a su nivel, todos los adultos te miran por encima del hombro, siempre tan altaneros, como si fueran mejores que tú. Entiende su juego, le gustan los secretos después de todo así que se suma a la entretención y se acerca susurrante a su oído, cubriendo con su manilla el movimiento de sus labios, mientras mira a los otros de reojo y se mofa, dejándolos sentirse curiosos. A lo que se dijo en voz alta, responde de igual manera, casi ceremoniosa:
- Guardia no, solamente traigo el mensaje. ¿Por qué dices que soy una torre? ¿Te falta cordura? ¡Ji, ji, ji! - una risilla inundó el aire y se tergiversó en varios susurros, probablemente víctima del extraño eco ahí presente - Babel es Babel y la torre es la torre... y una muy vacía ahora que ella se fue ¿qué no entienden? Era su guardiana, siempre lo fue, pero se ha ido ¿no es extraño? Digo, siempre estaba aquí, aburrida todo el día y la noche, yo no sé qué haría encerrada tanto tiempo, no hay nadie con quién jugar... pero así como así, abrió los ojos y ¡puff! se escabulló dejándome sin techo ¿qué tal si llueve? Me voy a resfriar... -
Como haría un crío, se fue por la vertiente, olvidándose del tema. Entre sus balbuceos insensatos había un poco de lucidez, palabras sueltas que podían conformar poderosas conclusiones en la mente de cada uno. Se distrajo, mirando al boquete que antes era techo, por lo que no advirtió la cercanía del sacerdote hasta que habló:
Volvió la mirada y encontró al viejo muy cerca para su gusto. Reflejó su descontento al retroceder hasta toparse con el filo del abismo, externando el horror en su rostro infantil, desdeñándolo con sorpresiva repulsión.
- ¡¡No me gustas!! ¡No te me acerques, s-sólo quédate ahí! Si te acercas voy... ¡voy a llorar! -
Frunció el entrecejo, dejando en claro que cumpliría su amenaza. Aún así, tenía la obligación de responder sus dudas, por lo se dio a la tarea de cumplir con su imposición:
- Están por todo el castillo, es muy grande y nadie se acerca... bueno, se acercaba... creo que ahora se darán un festín todas esas "cosas" si no encontramos otro Guardián pronto. Apenas ella despertó, se alejaron las que estaban rondando por ahí, pero son muy necias, jamás entienden. Debe ser el hambre ¿saben? Yo siempre tengo mucha, a veces no me deja dormir... -
Toca su abdomen con la diestra y se manchonea de sangre, más no parece incomodarle, sino que es más importante remarcar que está mal "alimentada". Ahora su atención se volvió hacia la mujer, a la cual inspeccionó sin miramientos ni disimulo. Se acercó a ella - evitando a Pietro a toda costa - y le tomó la mano con la suya propia, tan pequeña, helada.
- ¿Por qué no dices nada? ¿No te gustan los "Londres"? ¿No hay nada ahí que te interese? Por algo debiste haber venido... -
Esperó una respuesta, mirándola casi acusadoramente, exigiéndole una con aparente inocencia. Luego se volvió hacia los invitados y finalmente enunció lo que probablemente esperaban sin saberlo:
- Sólo hay un requisito para el nuevo Guardián: que quiera el puesto realmente. Para eso, yo los pondré a prueba, Babel me ha dejado hacer lo que yo deseé con ustedes ¿qué será? ¿qué será? - mostrándose impaciente, ahora resulta reflexiva - ¡Ya sé! Perdí a mi muñeca, Miranda, no recuerdo dónde, pudo haber sido en cualquier lado ¿por qué no me la traen? Una Miranda por Londres, creo que suena justo. -
No parecía tan absurdo, viniendo de quién venía...[/b]
McCormac escribió:Os Saludo Babel (Lo siguiente es inaudible para Pietro, pero el agudo oído de Mirielle lo advierte: ¿Quienes son aquellos Inocentes que merecerían de cuidados? Por qué si de mi dependiera conservaria este sitio y hundiría el resto Londres librándonos de las alimañas que ahora pululan y trayendo a la superficie agua que es más útil que el concreto roído y la tierra árida.) ¿...y por cierto eres vos el guardián que busca su retiro pasando la carga o solo el mensajero de este castillo? elevó la ceja o quizás eres la torre misma y quien nos ha llamado, a mi y a todos con la capacidad de oírte.
Mira al hombre directo a los ojos, le agrada que se disponga a su nivel, todos los adultos te miran por encima del hombro, siempre tan altaneros, como si fueran mejores que tú. Entiende su juego, le gustan los secretos después de todo así que se suma a la entretención y se acerca susurrante a su oído, cubriendo con su manilla el movimiento de sus labios, mientras mira a los otros de reojo y se mofa, dejándolos sentirse curiosos. A lo que se dijo en voz alta, responde de igual manera, casi ceremoniosa:
- Guardia no, solamente traigo el mensaje. ¿Por qué dices que soy una torre? ¿Te falta cordura? ¡Ji, ji, ji! - una risilla inundó el aire y se tergiversó en varios susurros, probablemente víctima del extraño eco ahí presente - Babel es Babel y la torre es la torre... y una muy vacía ahora que ella se fue ¿qué no entienden? Era su guardiana, siempre lo fue, pero se ha ido ¿no es extraño? Digo, siempre estaba aquí, aburrida todo el día y la noche, yo no sé qué haría encerrada tanto tiempo, no hay nadie con quién jugar... pero así como así, abrió los ojos y ¡puff! se escabulló dejándome sin techo ¿qué tal si llueve? Me voy a resfriar... -
Como haría un crío, se fue por la vertiente, olvidándose del tema. Entre sus balbuceos insensatos había un poco de lucidez, palabras sueltas que podían conformar poderosas conclusiones en la mente de cada uno. Se distrajo, mirando al boquete que antes era techo, por lo que no advirtió la cercanía del sacerdote hasta que habló:
Pietro Ludovisi escribió:-Las sombras que acoge la noche no incumben a los hijos de dios, pero dime ¿donde están los inocentes?-
Volvió la mirada y encontró al viejo muy cerca para su gusto. Reflejó su descontento al retroceder hasta toparse con el filo del abismo, externando el horror en su rostro infantil, desdeñándolo con sorpresiva repulsión.
- ¡¡No me gustas!! ¡No te me acerques, s-sólo quédate ahí! Si te acercas voy... ¡voy a llorar! -
Frunció el entrecejo, dejando en claro que cumpliría su amenaza. Aún así, tenía la obligación de responder sus dudas, por lo se dio a la tarea de cumplir con su imposición:
- Están por todo el castillo, es muy grande y nadie se acerca... bueno, se acercaba... creo que ahora se darán un festín todas esas "cosas" si no encontramos otro Guardián pronto. Apenas ella despertó, se alejaron las que estaban rondando por ahí, pero son muy necias, jamás entienden. Debe ser el hambre ¿saben? Yo siempre tengo mucha, a veces no me deja dormir... -
Toca su abdomen con la diestra y se manchonea de sangre, más no parece incomodarle, sino que es más importante remarcar que está mal "alimentada". Ahora su atención se volvió hacia la mujer, a la cual inspeccionó sin miramientos ni disimulo. Se acercó a ella - evitando a Pietro a toda costa - y le tomó la mano con la suya propia, tan pequeña, helada.
- ¿Por qué no dices nada? ¿No te gustan los "Londres"? ¿No hay nada ahí que te interese? Por algo debiste haber venido... -
Esperó una respuesta, mirándola casi acusadoramente, exigiéndole una con aparente inocencia. Luego se volvió hacia los invitados y finalmente enunció lo que probablemente esperaban sin saberlo:
- Sólo hay un requisito para el nuevo Guardián: que quiera el puesto realmente. Para eso, yo los pondré a prueba, Babel me ha dejado hacer lo que yo deseé con ustedes ¿qué será? ¿qué será? - mostrándose impaciente, ahora resulta reflexiva - ¡Ya sé! Perdí a mi muñeca, Miranda, no recuerdo dónde, pudo haber sido en cualquier lado ¿por qué no me la traen? Una Miranda por Londres, creo que suena justo. -
No parecía tan absurdo, viniendo de quién venía...[/b]
Última edición por Hermes el Mar 23 Jul - 23:30, editado 1 vez
Hermes- Webmaster
- Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Acerca su oído a la pequeña aprovechando el instante para observar con inspección a aquellos aun vivos que les hacen compañía, el Padre y la Guerrera. Los estudia con ligereza, no quiere ser descortés después de todo.
Entonces la pequeña damita comienza a hablarle a todos de nuevo y el aun con una ceja medio elevada le sonríe. Lamentablemente me sobra Cordura ...y bien como dices no solo soy un Marinero o un hombre o una cosa viva, también soy mi propio un Barco. Cuando terminó con su tono suave y susurrante dejó que ella divagase y sin dejarle de prestar atención intento contestar cada uno de esos caprichos de los que hablaba. Vos lo has dicho... Aburrida. Quizás necesitaba algo más de mundo, quizás también vos lo necesites ¿o te quedaras aquí con quien sea el nuevo Guardián? Sus brazos se extendieron hacia los lados dándole énfasis a sus palabras.
Sus ojos la vieron actuar. Repudiando al hombre ¿Seria por su santidad? y luego cuando la pequeña se llevó la mano al abdomen el hombre no dudo en rozar -si es que se lo permitían- la mano de ella gentilmente manchando su mano también con la sangre que ahí había. Hambrienta y sin Techo Susurro.
Ella finalmente abandonó su posición de altura dirigiéndose a la silenciosa mujer. Aprovechó ese momento para lamer con sutileza la sangre en sus dedos, luego se puso de pie cambiado a una expresión seria justo antes de que la chiquilla plantease aquel desafío. Bajó las escaleras y mientras pasaba por un costado de ella y volviéndose para no darle la espalda exclamo con algo de gracia en su boca ¿Responderá al Nombre de Miranda o se quedara quieta y Silenciosa aun por más que la llamemos? Al menos si era la segunda quizás y solo quizás la Muñeca realmente fuese eso... una simple muñeca.
¿Simple? Que simpático termino... porque todo estaba resultando demasiado simple... al menos para ellos. los... ¿Afortunados? de seguir con vida en ese lugar.
Entonces la pequeña damita comienza a hablarle a todos de nuevo y el aun con una ceja medio elevada le sonríe. Lamentablemente me sobra Cordura ...y bien como dices no solo soy un Marinero o un hombre o una cosa viva, también soy mi propio un Barco. Cuando terminó con su tono suave y susurrante dejó que ella divagase y sin dejarle de prestar atención intento contestar cada uno de esos caprichos de los que hablaba. Vos lo has dicho... Aburrida. Quizás necesitaba algo más de mundo, quizás también vos lo necesites ¿o te quedaras aquí con quien sea el nuevo Guardián? Sus brazos se extendieron hacia los lados dándole énfasis a sus palabras.
Sus ojos la vieron actuar. Repudiando al hombre ¿Seria por su santidad? y luego cuando la pequeña se llevó la mano al abdomen el hombre no dudo en rozar -si es que se lo permitían- la mano de ella gentilmente manchando su mano también con la sangre que ahí había. Hambrienta y sin Techo Susurro.
Ella finalmente abandonó su posición de altura dirigiéndose a la silenciosa mujer. Aprovechó ese momento para lamer con sutileza la sangre en sus dedos, luego se puso de pie cambiado a una expresión seria justo antes de que la chiquilla plantease aquel desafío. Bajó las escaleras y mientras pasaba por un costado de ella y volviéndose para no darle la espalda exclamo con algo de gracia en su boca ¿Responderá al Nombre de Miranda o se quedara quieta y Silenciosa aun por más que la llamemos? Al menos si era la segunda quizás y solo quizás la Muñeca realmente fuese eso... una simple muñeca.
¿Simple? Que simpático termino... porque todo estaba resultando demasiado simple... al menos para ellos. los... ¿Afortunados? de seguir con vida en ese lugar.
McCormac- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 29/04/2013
Edad : 36
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Al sentir la pequeña mano tomando la suya Mirielle se inclino hacia la niña y sus labios se entreabrieron compartiendo por fin algunas palabras. -Disculpa mi silencio pequeña, el hambre no me deja pensar claramente...- Le susurro solo para ella, como si se tratase de un secreto, aunque probablemente también había olvidado como "hablar" después de tantos días en su otra forma y sin cruzarse con formas de vida que no utilizasen otro dialecto que no sean cosas semejantes a gruñidos.
-En realidad, no me gustan mucho los "Londres".- Sostuvo la mano en un suave apretón como si no quisiera que se escapara tan rápidamente ahora que tenía su atención. -Pero, si fuera por mi... Volvería este lugar a un entorno más salvaje, más natural... No me gustan las edificaciones altas... Y por supuesto que me encargaría de esas molestas Alimañas.- Aunque una sonrisa se curvaba en sus labios no parecía revelar mucho sobre lo que realmente sentía, aunque si sobre su inmensa curiosidad. Y tan pronto como termino de hablar la caprichosa muchacha se escapaba de sus manos revelando el requisito para convertirse en el Guardián de la Torre, parecía un simple juego de niños pero, ¿Lo era realmente?
El hombre no tardo en advertir una posible y muy obvia trampa, pero viniendo de aquella niña la verdad ninguna de esas dos posibilidades podría llegar a sorprenderla. Como fuese, Winter estaba segura, el rastreo era una de sus especialidades aún tratándose de objetos inanimados... Pero necesitaba algunas pistas más, porque si se trataba de una "persona" la susodicha muñeca tendría más posibilidades de hacerse con ella primero.
-Mmm... Pequeña y traviesa Miranda ¿Donde te esconderás?- Había un dejo de voz maternal en el tono de sus voz. -¿Cómo podría reconocerla? Si tuviese algo que le perteneciera quizás podría... Pero no es seguro...- Balbuceo eso último llevando una mano hacia sus labios como ocultando algún secreto y su mirada se desvió hacia uno de los lados evitando la de los demás presentes. Y se acercó a la muchacha volviendo a secretear solo con ella. -Aunque si es por ti podría intentarlo... No puedo mirar hacia otro lado cuando no solo tu y Miranda podrían quedarse sin un refugio seguro.- No había una pizca de hipocresía en sus ultimas palabras, pero tampoco negaría que lo hacia por el trato que había impuesto la niña.
-En realidad, no me gustan mucho los "Londres".- Sostuvo la mano en un suave apretón como si no quisiera que se escapara tan rápidamente ahora que tenía su atención. -Pero, si fuera por mi... Volvería este lugar a un entorno más salvaje, más natural... No me gustan las edificaciones altas... Y por supuesto que me encargaría de esas molestas Alimañas.- Aunque una sonrisa se curvaba en sus labios no parecía revelar mucho sobre lo que realmente sentía, aunque si sobre su inmensa curiosidad. Y tan pronto como termino de hablar la caprichosa muchacha se escapaba de sus manos revelando el requisito para convertirse en el Guardián de la Torre, parecía un simple juego de niños pero, ¿Lo era realmente?
El hombre no tardo en advertir una posible y muy obvia trampa, pero viniendo de aquella niña la verdad ninguna de esas dos posibilidades podría llegar a sorprenderla. Como fuese, Winter estaba segura, el rastreo era una de sus especialidades aún tratándose de objetos inanimados... Pero necesitaba algunas pistas más, porque si se trataba de una "persona" la susodicha muñeca tendría más posibilidades de hacerse con ella primero.
-Mmm... Pequeña y traviesa Miranda ¿Donde te esconderás?- Había un dejo de voz maternal en el tono de sus voz. -¿Cómo podría reconocerla? Si tuviese algo que le perteneciera quizás podría... Pero no es seguro...- Balbuceo eso último llevando una mano hacia sus labios como ocultando algún secreto y su mirada se desvió hacia uno de los lados evitando la de los demás presentes. Y se acercó a la muchacha volviendo a secretear solo con ella. -Aunque si es por ti podría intentarlo... No puedo mirar hacia otro lado cuando no solo tu y Miranda podrían quedarse sin un refugio seguro.- No había una pizca de hipocresía en sus ultimas palabras, pero tampoco negaría que lo hacia por el trato que había impuesto la niña.
Mirielle Winter- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 26/04/2013
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Una sonrisa burda y una mirada irascible contenían la rabia que sentía Pietro. Era claro el rechazo de la niña, eran como agua y aceite, sin duda la niña tramaba algo y Pietro no estaba para juegos.
Guardando silencio espero a que la muchacha y el hombre de maltrecha gabardina salieran de ahí. “Que siguieran su estúpido juego o cayeran en su trampa, si llegaron aquí es por que podían cuidarse solos. No me preocupare por ellos… lo más probable es que fueran mostruos”
En viejo sacerdote se acerco al mensaje de babel mientras el resto platicaba.
Lo observo con atención, manteniendo tranquilamente sus manos en la espalda y utilizó su singular habilidad para detectar la naturaleza de esa sangre, aunque tuvo que concentrarse mucho para que la oscuridad del ambiente no lo entorpeciera.
Una vez solos, el clérigo tomo la iniciativa.
-Así que te has quedado sola… y hambrienta… pobrecilla- El anciano tomo un extremo de su sotana para limpiar sus lentes, mientras continuaba hablando.
-Te seré franco, no me agradas y tampoco me interesa ser el guardián de esta torre.-
Pietro lanzo una mirada desafiante a la niña mientras comenzaba a caminar en círculos frente a ella.
-… ¿Guardián de qué?, quieres hacerme creer de que de verdad le preocupan… -
Pietro ajusta sus lentes, acomodándolos con una mano, mientras una sonrisa macabra se desliza hasta sus oídos y separando abruptamente sus brazos y levantando la voz dice:
-Este será el trato bambina, juguemos, si ganas, te cumpliré un deseo y si yo gano… -
Pietro desenvainó al instante algunas hojas desde sus mangas.
-Tú me cumplirás uno. ¿Qué dices? El primero que se rinda pierde, esa es la única regla.-
Guardando silencio espero a que la muchacha y el hombre de maltrecha gabardina salieran de ahí. “Que siguieran su estúpido juego o cayeran en su trampa, si llegaron aquí es por que podían cuidarse solos. No me preocupare por ellos… lo más probable es que fueran mostruos”
En viejo sacerdote se acerco al mensaje de babel mientras el resto platicaba.
Lo observo con atención, manteniendo tranquilamente sus manos en la espalda y utilizó su singular habilidad para detectar la naturaleza de esa sangre, aunque tuvo que concentrarse mucho para que la oscuridad del ambiente no lo entorpeciera.
-Así que te has quedado sola… y hambrienta… pobrecilla- El anciano tomo un extremo de su sotana para limpiar sus lentes, mientras continuaba hablando.
-Te seré franco, no me agradas y tampoco me interesa ser el guardián de esta torre.-
Pietro lanzo una mirada desafiante a la niña mientras comenzaba a caminar en círculos frente a ella.
-… ¿Guardián de qué?, quieres hacerme creer de que de verdad le preocupan… -
Pietro ajusta sus lentes, acomodándolos con una mano, mientras una sonrisa macabra se desliza hasta sus oídos y separando abruptamente sus brazos y levantando la voz dice:
-Este será el trato bambina, juguemos, si ganas, te cumpliré un deseo y si yo gano… -
Pietro desenvainó al instante algunas hojas desde sus mangas.
-Tú me cumplirás uno. ¿Qué dices? El primero que se rinda pierde, esa es la única regla.-
Última edición por Pietro Ludovisi el Jue 1 Ago - 2:50, editado 1 vez
Pietro Ludovisi- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 18/06/2013
Edad : 97
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Se mantuvo inquieta como cualquier crío haría, a veces divagando la mirada, a veces penetrándolos con ella... en ocasiones regalaba una ligera sensación de incomodidad, creando la paranoia de que sabía lo que pensabas, con esa sonrisita zocarrona.
Había bajado la vista para aplastar a una cucaracha y mientras la arremolinaba bajo sus zapatos manchoneados de mugre le contestó distraídamente al hombre:
- Yo tengo lo que necesitop y me quedo o me voy según me de la gana... - alzó la mirada y sonrió - No tengo dueño ¿sabes? -
Hizo un puchero y asintió, divertida ante la idea de que la compadecieran, necesitada del falso cariño que los extraños pueden profesar.
- Pero no se engañen, tengo quién me proteja... -
De nuevo esboza esa extraña e incómoda sonrisa y le permite que la toque, como si quisiera que descubriera algo... en cuanto el hombre posa su mano sobre el abdomen, siente la ausencia del mismo - gran parte al menos - y el fétido aroma de la descomposición inunda su sensible nariz... esa sangre tiene ni ligereza ni un sano tono carmesí, es sangre vieja...
- Lo sé, el hambre es atroz, nunca se va... quizá en ti se tranquilice, te diré dónde encontrar algo porque eres agradable, me gustan tus manos... -
Encerró el secreto entre sus pequeñas manos y se lo susurró al oído, tan bajito que ni el hombre de agudos sentidos pudiera escucharlo, era algo entre ella y la mujer.
La chiquilla examinó las manos de la mujer, curiosa de las pequeñas heridas que ahí reposaban, aunque nada extraño para la época y lugar, llamativo. Algo contaban de su vida - o no-vida, según el caso.
- No te gustan muchas cosas , pero tienes madera de guardiana. No te preocupes, aquí lo más alto era la torre, nos movemos por lo bajo, como ratas ~
Se sentía importante, recibiendo tanta atención, tantas frases concretadas para ella sola... ojalá pudiera ofrecer Londres más a menudo, pero era una ocasión única, oportunidad irrepetible ¿lo sabrían todos los presentes? Era obvio.
- Pues... no habla mucho, eso es cierto. Sólo platica conmigo, es tímida. -
- ¡Ah! ¡Tengo algo! - dio saltitos y rebuscó entre sus ropas, extrayendo un listón verde, bastante más viejo que la Zona Cero - Con este le hago peinados, así que cuídalo mucho, mucho ¿de acuerdo? Sino me enojaré contigo... -
Se lo extendió a la mujer, alzándose de puntillas para alcanzarla. Regresó a su sitio, caminando sobre sus propios pasos y a la lejanía la figura del sacerdote captó su atención... mentiría si dijera que no lo había olvidado, tan callado y lejano todo el tiempo, más si no mostraba interés ¿por qué seguía ahí?
No fue difícil percibir que la sangre provenía de inocentes, tampoco parecía vieja, si acaso tendría lo mismo que tardaron en llegar ahí... el mensaje nacía de la sangre de víctimas, lo cual le daba más seriedad al asunto, invocando la Segunda Venida de los Cuatro Jinetes.
- ¿Qué esperan? No tenemos todo el día... ya vienen. -
[Pietro: el resto de tu respuesta tendrá que esperar hasta la siguiente ronda, ya que quieres quedarte a solas con Diana. Quizá se marchen, quizá no, debemos esperar a los otros.]
McCormac escribió:Vos lo has dicho... Aburrida. Quizás necesitaba algo más de mundo, quizás también vos lo necesites ¿o te quedaras aquí con quien sea el nuevo Guardián?
Había bajado la vista para aplastar a una cucaracha y mientras la arremolinaba bajo sus zapatos manchoneados de mugre le contestó distraídamente al hombre:
- Yo tengo lo que necesitop y me quedo o me voy según me de la gana... - alzó la mirada y sonrió - No tengo dueño ¿sabes? -
McCormac escribió:Hambrienta y sin Techo
Hizo un puchero y asintió, divertida ante la idea de que la compadecieran, necesitada del falso cariño que los extraños pueden profesar.
- Pero no se engañen, tengo quién me proteja... -
De nuevo esboza esa extraña e incómoda sonrisa y le permite que la toque, como si quisiera que descubriera algo... en cuanto el hombre posa su mano sobre el abdomen, siente la ausencia del mismo - gran parte al menos - y el fétido aroma de la descomposición inunda su sensible nariz... esa sangre tiene ni ligereza ni un sano tono carmesí, es sangre vieja...
mirielle winter escribió:-Disculpa mi silencio pequeña, el hambre no me deja pensar claramente...-
- Lo sé, el hambre es atroz, nunca se va... quizá en ti se tranquilice, te diré dónde encontrar algo porque eres agradable, me gustan tus manos... -
Encerró el secreto entre sus pequeñas manos y se lo susurró al oído, tan bajito que ni el hombre de agudos sentidos pudiera escucharlo, era algo entre ella y la mujer.
[Sidequest activada para Mirielle.]
La chiquilla examinó las manos de la mujer, curiosa de las pequeñas heridas que ahí reposaban, aunque nada extraño para la época y lugar, llamativo. Algo contaban de su vida - o no-vida, según el caso.
mirielle winter escribió:-En realidad, no me gustan mucho los "Londres". Pero, si fuera por mi... Volvería este lugar a un entorno más salvaje, más natural... No me gustan las edificaciones altas... Y por supuesto que me encargaría de esas molestas Alimañas.-
- No te gustan muchas cosas , pero tienes madera de guardiana. No te preocupes, aquí lo más alto era la torre, nos movemos por lo bajo, como ratas ~
Se sentía importante, recibiendo tanta atención, tantas frases concretadas para ella sola... ojalá pudiera ofrecer Londres más a menudo, pero era una ocasión única, oportunidad irrepetible ¿lo sabrían todos los presentes? Era obvio.
mccormac escribió:¿Responderá al Nombre de Miranda o se quedara quieta y Silenciosa aun por más que la llamemos?
- Pues... no habla mucho, eso es cierto. Sólo platica conmigo, es tímida. -
mirielle winter escribió:-Mmm... Pequeña y traviesa Miranda ¿Donde te esconderás? ¿Cómo podría reconocerla? Si tuviese algo que le perteneciera quizás podría... Pero no es seguro... Aunque si es por ti podría intentarlo... No puedo mirar hacia otro lado cuando no solo tu y Miranda podrían quedarse sin un refugio seguro
- ¡Ah! ¡Tengo algo! - dio saltitos y rebuscó entre sus ropas, extrayendo un listón verde, bastante más viejo que la Zona Cero - Con este le hago peinados, así que cuídalo mucho, mucho ¿de acuerdo? Sino me enojaré contigo... -
Se lo extendió a la mujer, alzándose de puntillas para alcanzarla. Regresó a su sitio, caminando sobre sus propios pasos y a la lejanía la figura del sacerdote captó su atención... mentiría si dijera que no lo había olvidado, tan callado y lejano todo el tiempo, más si no mostraba interés ¿por qué seguía ahí?
No fue difícil percibir que la sangre provenía de inocentes, tampoco parecía vieja, si acaso tendría lo mismo que tardaron en llegar ahí... el mensaje nacía de la sangre de víctimas, lo cual le daba más seriedad al asunto, invocando la Segunda Venida de los Cuatro Jinetes.
- ¿Qué esperan? No tenemos todo el día... ya vienen. -
[Pietro: el resto de tu respuesta tendrá que esperar hasta la siguiente ronda, ya que quieres quedarte a solas con Diana. Quizá se marchen, quizá no, debemos esperar a los otros.]
Hermes- Webmaster
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Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Las cosas se estaban moviendo demasiado lentas para su gusto, aunque el ritmo estaba acostumbrando a subir y a bajar abruptamente cual montaña rusa. Un piso firme es aburrido, pero es más seguro.
La mano del hombre llegó hasta su cometido y no sol le permitió tener acceso a la sangre, también sus otros sentidos captaron información. lento... lento y de pronto a las alturas ¿No lo decía yo? "tengo quien me proteja" McCormac hubiese preferido completamente un "Puedo protegerme sola", después de todo ya estaba conociendo una faceta del peligro, pero ahora resulta que habían más entes por ahí.
oh! si y la muñeca... al menos se escuchaba como tal.
Mantuvo esa falsa simpatía durante todo el tiempo, sin fingir la atención que les brindaba a todos, pero debía salir de ahí lo más pronto posible.
La mujer silenciosa comenzó a expresar sus ideas, y no pasó por unos buenos segundo. Sus palabras eran bastante buenas, eso de "entorno salvaje" sonaba agradable, al menos no se arrepentiría de perder con ella... je -al menos por ahora-. Era astuta, hasta una prenda para seguir el olor habia conseguido.
En cuanto al hombre... ya tendría tiempo para él si interfería... si es que la pequeña no acababa con su vida primero.
McCormac salió del salón principal despidiéndose con un rápido movimiento de mano y muñeca en su sien indicando que todo iba bien y con más ánimos de investigar el lugar que hallar la muñeca, pero el premio era muy tentador para no intentarlo. Jugaría.
aunque... esa sangre vieja.
¿Es que toda la sangre fresca terminó regando las paredes?
La mano del hombre llegó hasta su cometido y no sol le permitió tener acceso a la sangre, también sus otros sentidos captaron información. lento... lento y de pronto a las alturas ¿No lo decía yo? "tengo quien me proteja" McCormac hubiese preferido completamente un "Puedo protegerme sola", después de todo ya estaba conociendo una faceta del peligro, pero ahora resulta que habían más entes por ahí.
oh! si y la muñeca... al menos se escuchaba como tal.
Mantuvo esa falsa simpatía durante todo el tiempo, sin fingir la atención que les brindaba a todos, pero debía salir de ahí lo más pronto posible.
La mujer silenciosa comenzó a expresar sus ideas, y no pasó por unos buenos segundo. Sus palabras eran bastante buenas, eso de "entorno salvaje" sonaba agradable, al menos no se arrepentiría de perder con ella... je -al menos por ahora-. Era astuta, hasta una prenda para seguir el olor habia conseguido.
En cuanto al hombre... ya tendría tiempo para él si interfería... si es que la pequeña no acababa con su vida primero.
McCormac salió del salón principal despidiéndose con un rápido movimiento de mano y muñeca en su sien indicando que todo iba bien y con más ánimos de investigar el lugar que hallar la muñeca, pero el premio era muy tentador para no intentarlo. Jugaría.
aunque... esa sangre vieja.
¿Es que toda la sangre fresca terminó regando las paredes?
McCormac- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 29/04/2013
Edad : 36
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Una sonrisa cómplice se curvo en los labios de la mujer luego de que la niña compartiera aquel secreto solo entre ellas dos, no sería una mala idea tomar un pequeño tentempié antes de salir en busca de la muñeca... Pero la idea de que el marino se adelantase a ella por tal razón no le gustaba mucho.
-Con esto bastará.- Dijo y sujetó el listón verde entre sus manos. -Lo cuidaré.- Le aseguró seriamente, para luego guardar el trozo de tela en uno de sus bolsillos, no quería examinarlo inmediatamente frente a los ojos curiosos de los demás hombres, aunque el sacerdote o lo que fuera no parecía estar muy interesado en el juego. Mejor así, menos competencia.
Una vez el hombre se despidió con un rápido movimiento con su mano, Winter lo imitó pero dedicó un poco más de tiempo a su salida moviendo sus elegantes y juguetones dedos, para luego caminar sin prisa hacia la salida. Su próxima presa ya estaba en su mira, aunque no pensaba abordarla inmediatamente.
Varias ideas cruzaron por su cabeza ni bien salió del lugar, lo más complicado sería decidir cual camino seguir... Mirielle parecía estar realmente entretenida con la situación.
-Con esto bastará.- Dijo y sujetó el listón verde entre sus manos. -Lo cuidaré.- Le aseguró seriamente, para luego guardar el trozo de tela en uno de sus bolsillos, no quería examinarlo inmediatamente frente a los ojos curiosos de los demás hombres, aunque el sacerdote o lo que fuera no parecía estar muy interesado en el juego. Mejor así, menos competencia.
Una vez el hombre se despidió con un rápido movimiento con su mano, Winter lo imitó pero dedicó un poco más de tiempo a su salida moviendo sus elegantes y juguetones dedos, para luego caminar sin prisa hacia la salida. Su próxima presa ya estaba en su mira, aunque no pensaba abordarla inmediatamente.
Varias ideas cruzaron por su cabeza ni bien salió del lugar, lo más complicado sería decidir cual camino seguir... Mirielle parecía estar realmente entretenida con la situación.
Mirielle Winter- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 26/04/2013
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
- Adióoos, bye-bye, manténganse en las sombras, me traen algún regalo, cuiden a Miranda, ciao ~
Canturreó su despedida hasta que ambos desaparecieran en el marco de la derruída entrada. La impaciencia comenzó a abordarla, contando los segundos para reencontrarse con su adorada Miranda, la soledad era terrible para alguien de su edad e imaginación, tanto podía hacer con ella...
No hace muecas, no habla, no sonríe ni se mueve, se vuelve una con las carnosas y macabras "estatuas" del lugar... solamente su mirada lo sigue con cuidado, con paciencia, dejándolo hablar.
Frunció el entrecejo apenas exhibió las mordaces hojas, que resultaban todo menos simples: estaba clara la amenaza, el sacerdote la había puesto descaradamente sobre la mesa, su carta completa. Creía tener la mano dominante pero pronto se iría de bruces contra su prematura victoria...
Si bien la chiquilla no mostró aquél falso temor de antes - "falso" porque ahora no lo reflejaba con la honestidad otrora - tampoco acortó distancia entre ambos, sino que se mantuvo inerte en su pequeña y oscura esquina, allá lejos al final de la escalinata, asegurándose que todos esos peldaños los separaran.
- ¿Qué digo? Ya lo dije todo, no puedes cambiar las reglas del juego que ya empezó, solamente puedes retirarte si quieres. ¿Ya tan pronto te diste por vencido entonces? No tienes que creerme a mí ni a Babel o a esos dos que acaban de irse, no le creas a nadie, ni a tu "dios", créele a tus ojos: ¿qué ves día a día a través de esos lentes tan viejos como tú? -
Su voz adquirió un tono hipnotizante y monótono, perdiéndose en la estancia, resonando como varias voces al unísono. De repente, su figurilla se perdió y reapareció a espaldas de Pietro, apenas en un pestañeo, un latido.
- No me importa perder el tiempo, lo tengo de mi lado, pero ¿qué hay del tuyo? ¿Te queda mucho para seguir protegiendo a los desvalidos? ¿Tienes el poder para hacerlo? ¿Crees que el nuevo guardián se preocupará por ellos mejor que tú? Son muchos, cientos, como para llevarlos en tus hombros... -
Volvió a esfumarse y reapareció justo a la entrada, con la luna iluminando apenas su insignificante silueta.
- Apenas si puedes con el peso de una niña... -
Su sonrisa se iluminó en la oscuridad. Sobre los hombros del sacerdote cayó el ligero peso de una figura infantil, oliendo a pudredumbre, con la carne lascerada y el rostro irreconocible... quién sabe de donde salió, pero fue tan palpable que no se trataba de una ilusión. El cadáver simplemente terminó su trayecto sobre el sucio piso y se quedó ahí, sin vacilar más. Una risotada jovial azotó el lugar, la chiquilla reía a rienda suelta, se burlaba de la desgracia del hombre, sabiendo qué mal lo aquejaba.
(Latín) - ¡Déjate de idioteces! ¡Si quieres el puesto tómalo, sino lánzate a un hoyo con ella! -
Con un movimiento de la cabeza señaló el pequeño cadáver... no, no era Anna, pero en edad y complexión, era... casi como ella. El Ojo que Todo lo Ve se envolvió en oscuridad, lamentos lo aquejaron, los cuerpos lo reclamaban desde su tumba en las paredes. ¿Tendría fuerzas para resistir aquél hombre Santo? Tenía lo que había pedido: seriedad en el asunto.
[Perdona lo soez, es parte del ambiente. Toma tu decisión, eres enteramente libre]
Canturreó su despedida hasta que ambos desaparecieran en el marco de la derruída entrada. La impaciencia comenzó a abordarla, contando los segundos para reencontrarse con su adorada Miranda, la soledad era terrible para alguien de su edad e imaginación, tanto podía hacer con ella...
Pietro Ludovisi escribió:-Así que te has quedado sola… y hambrienta… pobrecilla. Te seré franco, no me agradas y tampoco me interesa ser el guardián de esta torre… ¿Guardián de qué?, quieres hacerme creer de que de verdad le preocupan… -
No hace muecas, no habla, no sonríe ni se mueve, se vuelve una con las carnosas y macabras "estatuas" del lugar... solamente su mirada lo sigue con cuidado, con paciencia, dejándolo hablar.
Pietro Ludovisi escribió:-Este será el trato bambina, juguemos, si ganas, te cumpliré un deseo y si yo gano… Tú me cumplirás uno. ¿Qué dices? El primero que se rinda pierde, esa es la única regla-
Frunció el entrecejo apenas exhibió las mordaces hojas, que resultaban todo menos simples: estaba clara la amenaza, el sacerdote la había puesto descaradamente sobre la mesa, su carta completa. Creía tener la mano dominante pero pronto se iría de bruces contra su prematura victoria...
Si bien la chiquilla no mostró aquél falso temor de antes - "falso" porque ahora no lo reflejaba con la honestidad otrora - tampoco acortó distancia entre ambos, sino que se mantuvo inerte en su pequeña y oscura esquina, allá lejos al final de la escalinata, asegurándose que todos esos peldaños los separaran.
- ¿Qué digo? Ya lo dije todo, no puedes cambiar las reglas del juego que ya empezó, solamente puedes retirarte si quieres. ¿Ya tan pronto te diste por vencido entonces? No tienes que creerme a mí ni a Babel o a esos dos que acaban de irse, no le creas a nadie, ni a tu "dios", créele a tus ojos: ¿qué ves día a día a través de esos lentes tan viejos como tú? -
Su voz adquirió un tono hipnotizante y monótono, perdiéndose en la estancia, resonando como varias voces al unísono. De repente, su figurilla se perdió y reapareció a espaldas de Pietro, apenas en un pestañeo, un latido.
- No me importa perder el tiempo, lo tengo de mi lado, pero ¿qué hay del tuyo? ¿Te queda mucho para seguir protegiendo a los desvalidos? ¿Tienes el poder para hacerlo? ¿Crees que el nuevo guardián se preocupará por ellos mejor que tú? Son muchos, cientos, como para llevarlos en tus hombros... -
Volvió a esfumarse y reapareció justo a la entrada, con la luna iluminando apenas su insignificante silueta.
- Apenas si puedes con el peso de una niña... -
Su sonrisa se iluminó en la oscuridad. Sobre los hombros del sacerdote cayó el ligero peso de una figura infantil, oliendo a pudredumbre, con la carne lascerada y el rostro irreconocible... quién sabe de donde salió, pero fue tan palpable que no se trataba de una ilusión. El cadáver simplemente terminó su trayecto sobre el sucio piso y se quedó ahí, sin vacilar más. Una risotada jovial azotó el lugar, la chiquilla reía a rienda suelta, se burlaba de la desgracia del hombre, sabiendo qué mal lo aquejaba.
(Latín) - ¡Déjate de idioteces! ¡Si quieres el puesto tómalo, sino lánzate a un hoyo con ella! -
Con un movimiento de la cabeza señaló el pequeño cadáver... no, no era Anna, pero en edad y complexión, era... casi como ella. El Ojo que Todo lo Ve se envolvió en oscuridad, lamentos lo aquejaron, los cuerpos lo reclamaban desde su tumba en las paredes. ¿Tendría fuerzas para resistir aquél hombre Santo? Tenía lo que había pedido: seriedad en el asunto.
[Perdona lo soez, es parte del ambiente. Toma tu decisión, eres enteramente libre]
Hermes- Webmaster
- Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 23/05/2011
Re: ✞ El Nuevo Guardia de la Torre
Antes de poder rebatir o contestar, incluso antes de lanzar contraataque alguno, su sexto sentido le alerto que ella estaba detrás de él. Esto cambio el semblante seguro de Pietro a uno que reflejaba más su incomodidad y odio hacia la criatura.
- Apenas si puedes con el peso de una niña... –
El hombre, aturdido aun por la situación, no supo interpretar estas palabras hasta que algo lo golpeo por la espalda, ¿la ofensiva de la criatura?... no era más como un bulto, algo…
Desafortunadamente para Pietro, al voltearse, su rostro dejo escapar una mueca, un suspiro, un indicio de un sentimiento, amargo y espeso que lo inundaba al recordarla a ella, Anna la niña que crio como suya y le regalo mas de cien sonrisas en ese infierno, la zona cero.
Las risas se esparcieron por todo el lugar, disfrutando cada instante de ese momento.
Pietro se quedo, ahí inmóvil, mientras que por su cabeza él se preguntaba:
“¿Lo sabrá, como es posible?”
Fue entonces cuando la criatura hablo en un idioma muy familiar para el formado clérigo.
(Latín) - ¡Déjate de idioteces! ¡Si quieres el puesto tómalo, sino lánzate a un hoyo con ella! -
El mismísimo abismo se abrió ante los sentidos de Pietro, que lo atraían hacia el vacio y succionaban toda emoción u falsa sonrisa para dejarlo desprotegido, desprovisto de esa mascara que usualmente se usa para enfrentar al peligro estaba, solo él.
Como un pescador en medio de un tifón, luchando contra las fuerzas de la naturaleza, así se sentía Pietro, luchando por contenerse, luchando para soportar todo ese miedo, cólera, angustia y desamparo. Podía sentir los gritos de las almas ahí atadas, que gritaban de angustia entre quejidos y llantos.
El bote del pescador se destroza al ser golpeado por una ola gigantesca, entretanto Pietro desaparece en las sombras.
Flashback:
-No, no es justo Papa- dijo una aguda y temblorosa voz, al borde del llanto.
-Nunca lo ha sido, Anna- Dijo el viejo mientras tomaba entre sus brazos a la niña.
-Pero, el era mi amigo, porque lo has matado… sniff- dijo la niña entretanto sus lagrimas empapaban la sotana de Pietro.
-No he sido yo, tú lo sabes… -
-…-
-Algún día terminara, te lo juro Anna, algún día podrás jugar tranquila, sin miedo-
-Ya no quiero jugar…-
-Cristopher hubiese querido que jugaras, si de verdad lo querías, se feliz, con todas tus fuerzas, solo con eso él estará feliz en el reino del señor… ¿de acuerdo?-
- *refunfuño-
-vamos a casa…- Sonríe el viejo sacerdote esperando la reacción de la niña- y te dejare mi ración –
-aja- respondió de mala gana la pequeña a la vez que limpiaba sus lagrimas.
Todo paso como en un sueño muy profundo, Pietro no sabía que ocurría, pero un sentimiento le vino a la mente. Cuando despertó, en un despacho sentado en una incómoda silla de madera, frente a un ancho y robusto escritorio, al fondo un surtido librero y las paredes decoradas con imágenes religiosas. La luz del sol matutino calentaba a Pietro, como las mañanas primaverales de Italia solían hacer.
Entonces entro por la puerta trasera una monja, con su usual hábito y un par de cuadernos, se acomodo al otro lado del escritorio y miro fijamente a Pietro.
Pietro se llevo una sorpresa, era ella, ni más ni menos la niña de la torre de babel, pero por alguna razón no sintió furia ni miedo al verla simplemente un sentimiento de culpa fatal.
-Entonces ¿Qué te trae por acá Pietro?- dijo con la misma voz de la pequeña.
-heeeeee… quería hablar sobre algo madre superiora- respondió El joven Pietro.
-bueno ¿para eso estoy aquí no?, dime ¿Para qué quieres hablar conmigo?- ladeo un poco la cabeza en señal de curiosidad.
-Esss, este… yo… no sé si estoy preparado, yo no creo poder seguir en el seminario madre superiora- recitaba Pietro, mientras sus manos se hacían un amasijo de dedos nerviosos y sudorosos.
-Escucha, Pietro- interrumpió amablemente la madre superiora –Te conozco desde antes que entraras al seminario y sé lo que quieres, se quién eres… y déjame decirte una cosa, en el fondo, tu motor es ese bueno y puro corazón. No necesitas más.-
-Pero yo no logro sentirme llamado por dios-
- ¿Qué digo? Ya lo dije todo, no puedes cambiar las reglas del juego que ya empezó, solamente puedes retirarte si quieres. ¿Ya tan pronto te diste por vencido entonces? No tienes que creerme a mí ni a tus maestros o a esos dos que acaban de irse- dijo algo seria la muchacha, -y te diré algo- la mujer miro hacia todos lados y escondió sus labios entre sus manos como si quisiera que nadie más la escuchara, solo Pietro. -no le creas a nadie, ni a "dios", créele a tus ojos: ¿qué ves día a día a través de esos lentes? –
Pietro solo se quedo mudo por un rato reflexionando, pensando en una respuesta adecuada; el dolor de los inocentes, la mezquindad de las almas, el deterioro del mundo y alejamiento del camino divino. El joven simplemente estaba absorto en sus ideas, pero la monja le respondió.
- Me estoy volviendo vieja Pietro, tengo el tiempo en mi contra, pero ¿qué hay del tuyo? ¿Te queda mucho para seguir protegiendo a los desvalidos? ¿Tienes el poder, la voluntad para hacerlo? ¿Crees que otro se preocupará por ellos mejor que tú? Son muchos, cientos, como para llevarlos en tus hombros... Pietro dime tu respuesta, ¿te rendirás o despabilaras y harás lo que tienes que hacer?-
Un fuego arde dentro del joven Pietro quien sonríe, se levanta y agradece a la muchacha mientras se apresura a salir del despacho.
-Le agradecería más pero sino llegare tarde a clases de latín-
Pietro despertó esta vez, arrodillado enfrente del cuerpo irreconocible. El olor a putrefacción y la sangre en el piso le recordó la situación. Con la mente más clara de lo que la había tenido en algunos días, Pietro maquinaba sus reflexiones.
“ha sido estúpidamente arriesgado lo que has hecho Pietro, presionar así a una criatura, te has salvado por poco, por lo menos ya tienes lo que ¿querías no?”. Efectivamente, Pietro ahora tenía una clara idea de las habilidades de ese ser, posee la capacidad de moverse rápidamente de un punto a otro y la capacidad de ver o saber lo que los otros piensan, en el peor de los casos una especie de omnipresencia que tendría que tener como mínimo (recordando la posición en que Pietro encontró el cadáver de Anna) X km. Además del hecho de que solo finge ser una niña asustadiza y juguetona, quizás para relacionarse mejor con los mortales o para hacerlos bajar la guardia… “ nooo… Ella es una niña y sus juguetes, son los mortales, no representan riesgo alguno para ella, no son más que sus juguetes.
Por otra parte, ¿qué es lo que la presiona a tal punto de no matar a un candidato a ser el guardián de la torre, a pesar de que este la hostigo? ¿Será “Babel” tanto o más abominable que ese ser?. Eso no importa por ahora lo importante es que las reglas que se ciñen a mi también se ciñen a ella… lo tendré en mente”
“tienes razón PRAEPOSITA”
Una fugaz sonrisa broto de Pietro quien se dirigió a la salida.
-Bueno entonces… ¿Qué te gusta jugar con tu muñeca, con Miranda?, a que debe ser algo divertido, ¿no?- Dijo Pietro con total sinceridad sabiendo que detrás de esas palabras estaba la respuesta que la niña quería escuchar. Por otra parte Pietro no esperaba una respuesta obvia, tal vez ni siquiera una respuesta, pero pregunto de todas formas, teniendo en mente su corazonada, de que las reglas que ce ciñen a él también a ella.
- Apenas si puedes con el peso de una niña... –
El hombre, aturdido aun por la situación, no supo interpretar estas palabras hasta que algo lo golpeo por la espalda, ¿la ofensiva de la criatura?... no era más como un bulto, algo…
Desafortunadamente para Pietro, al voltearse, su rostro dejo escapar una mueca, un suspiro, un indicio de un sentimiento, amargo y espeso que lo inundaba al recordarla a ella, Anna la niña que crio como suya y le regalo mas de cien sonrisas en ese infierno, la zona cero.
Las risas se esparcieron por todo el lugar, disfrutando cada instante de ese momento.
Pietro se quedo, ahí inmóvil, mientras que por su cabeza él se preguntaba:
“¿Lo sabrá, como es posible?”
Fue entonces cuando la criatura hablo en un idioma muy familiar para el formado clérigo.
(Latín) - ¡Déjate de idioteces! ¡Si quieres el puesto tómalo, sino lánzate a un hoyo con ella! -
El mismísimo abismo se abrió ante los sentidos de Pietro, que lo atraían hacia el vacio y succionaban toda emoción u falsa sonrisa para dejarlo desprotegido, desprovisto de esa mascara que usualmente se usa para enfrentar al peligro estaba, solo él.
Como un pescador en medio de un tifón, luchando contra las fuerzas de la naturaleza, así se sentía Pietro, luchando por contenerse, luchando para soportar todo ese miedo, cólera, angustia y desamparo. Podía sentir los gritos de las almas ahí atadas, que gritaban de angustia entre quejidos y llantos.
El bote del pescador se destroza al ser golpeado por una ola gigantesca, entretanto Pietro desaparece en las sombras.
Flashback:
-No, no es justo Papa- dijo una aguda y temblorosa voz, al borde del llanto.
-Nunca lo ha sido, Anna- Dijo el viejo mientras tomaba entre sus brazos a la niña.
-Pero, el era mi amigo, porque lo has matado… sniff- dijo la niña entretanto sus lagrimas empapaban la sotana de Pietro.
-No he sido yo, tú lo sabes… -
-…-
-Algún día terminara, te lo juro Anna, algún día podrás jugar tranquila, sin miedo-
-Ya no quiero jugar…-
-Cristopher hubiese querido que jugaras, si de verdad lo querías, se feliz, con todas tus fuerzas, solo con eso él estará feliz en el reino del señor… ¿de acuerdo?-
- *refunfuño-
-vamos a casa…- Sonríe el viejo sacerdote esperando la reacción de la niña- y te dejare mi ración –
-aja- respondió de mala gana la pequeña a la vez que limpiaba sus lagrimas.
Todo paso como en un sueño muy profundo, Pietro no sabía que ocurría, pero un sentimiento le vino a la mente. Cuando despertó, en un despacho sentado en una incómoda silla de madera, frente a un ancho y robusto escritorio, al fondo un surtido librero y las paredes decoradas con imágenes religiosas. La luz del sol matutino calentaba a Pietro, como las mañanas primaverales de Italia solían hacer.
Entonces entro por la puerta trasera una monja, con su usual hábito y un par de cuadernos, se acomodo al otro lado del escritorio y miro fijamente a Pietro.
Pietro se llevo una sorpresa, era ella, ni más ni menos la niña de la torre de babel, pero por alguna razón no sintió furia ni miedo al verla simplemente un sentimiento de culpa fatal.
-Entonces ¿Qué te trae por acá Pietro?- dijo con la misma voz de la pequeña.
-heeeeee… quería hablar sobre algo madre superiora- respondió El joven Pietro.
-bueno ¿para eso estoy aquí no?, dime ¿Para qué quieres hablar conmigo?- ladeo un poco la cabeza en señal de curiosidad.
-Esss, este… yo… no sé si estoy preparado, yo no creo poder seguir en el seminario madre superiora- recitaba Pietro, mientras sus manos se hacían un amasijo de dedos nerviosos y sudorosos.
-Escucha, Pietro- interrumpió amablemente la madre superiora –Te conozco desde antes que entraras al seminario y sé lo que quieres, se quién eres… y déjame decirte una cosa, en el fondo, tu motor es ese bueno y puro corazón. No necesitas más.-
-Pero yo no logro sentirme llamado por dios-
- ¿Qué digo? Ya lo dije todo, no puedes cambiar las reglas del juego que ya empezó, solamente puedes retirarte si quieres. ¿Ya tan pronto te diste por vencido entonces? No tienes que creerme a mí ni a tus maestros o a esos dos que acaban de irse- dijo algo seria la muchacha, -y te diré algo- la mujer miro hacia todos lados y escondió sus labios entre sus manos como si quisiera que nadie más la escuchara, solo Pietro. -no le creas a nadie, ni a "dios", créele a tus ojos: ¿qué ves día a día a través de esos lentes? –
Pietro solo se quedo mudo por un rato reflexionando, pensando en una respuesta adecuada; el dolor de los inocentes, la mezquindad de las almas, el deterioro del mundo y alejamiento del camino divino. El joven simplemente estaba absorto en sus ideas, pero la monja le respondió.
- Me estoy volviendo vieja Pietro, tengo el tiempo en mi contra, pero ¿qué hay del tuyo? ¿Te queda mucho para seguir protegiendo a los desvalidos? ¿Tienes el poder, la voluntad para hacerlo? ¿Crees que otro se preocupará por ellos mejor que tú? Son muchos, cientos, como para llevarlos en tus hombros... Pietro dime tu respuesta, ¿te rendirás o despabilaras y harás lo que tienes que hacer?-
Un fuego arde dentro del joven Pietro quien sonríe, se levanta y agradece a la muchacha mientras se apresura a salir del despacho.
-Le agradecería más pero sino llegare tarde a clases de latín-
Pietro despertó esta vez, arrodillado enfrente del cuerpo irreconocible. El olor a putrefacción y la sangre en el piso le recordó la situación. Con la mente más clara de lo que la había tenido en algunos días, Pietro maquinaba sus reflexiones.
“ha sido estúpidamente arriesgado lo que has hecho Pietro, presionar así a una criatura, te has salvado por poco, por lo menos ya tienes lo que ¿querías no?”. Efectivamente, Pietro ahora tenía una clara idea de las habilidades de ese ser, posee la capacidad de moverse rápidamente de un punto a otro y la capacidad de ver o saber lo que los otros piensan, en el peor de los casos una especie de omnipresencia que tendría que tener como mínimo (recordando la posición en que Pietro encontró el cadáver de Anna) X km. Además del hecho de que solo finge ser una niña asustadiza y juguetona, quizás para relacionarse mejor con los mortales o para hacerlos bajar la guardia… “ nooo… Ella es una niña y sus juguetes, son los mortales, no representan riesgo alguno para ella, no son más que sus juguetes.
Por otra parte, ¿qué es lo que la presiona a tal punto de no matar a un candidato a ser el guardián de la torre, a pesar de que este la hostigo? ¿Será “Babel” tanto o más abominable que ese ser?. Eso no importa por ahora lo importante es que las reglas que se ciñen a mi también se ciñen a ella… lo tendré en mente”
“tienes razón PRAEPOSITA”
Una fugaz sonrisa broto de Pietro quien se dirigió a la salida.
-Bueno entonces… ¿Qué te gusta jugar con tu muñeca, con Miranda?, a que debe ser algo divertido, ¿no?- Dijo Pietro con total sinceridad sabiendo que detrás de esas palabras estaba la respuesta que la niña quería escuchar. Por otra parte Pietro no esperaba una respuesta obvia, tal vez ni siquiera una respuesta, pero pregunto de todas formas, teniendo en mente su corazonada, de que las reglas que ce ciñen a él también a ella.
- PD:
- -Perdón la tardanza y la poca calidad del post anterior "mierdipost".
-Primero Pietro tiene un flashback y luego una especie de sueño donde mezcla un recuerdo con el presente.
-Lamento también la extención del post, ya que sera muy agotador leerlo pero es parte del amor al rol y a la lectura.
-Y no te preocupes por el lenguaje Hermes... hay que ceñirse a los personajes >=D
Pietro Ludovisi- Mensajes : 11
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