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All the lonely people

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Mensaje por Matilda Lun 30 Mayo - 13:21

All the lonely people
Where do they all come from?
All the lonely people
Where do they all belong?

Shhhhhthshsjjjjjjjpiii....

¡Owwww! ¡Maldito trasto! Una patada bien puesta mandó a volar aquella grabadora que, hasta hace un momento, funcionaba adecuadamente. Tenia un CD adentro de los beatles. Eleanor Rigby... Esa mujer, era como ella... sola, loca y recogia arroz de las calles. El buen arroz, siempre tan nutritivo. Por eso nadie las entendia, porque iban más allá de la comprensión humana.

Aquella mujer más allá de la comprensión humana por desgloce de terminos (?) era una chica de casi treinta años, de enormes ojos café claro, tanto que se veian un tanto rojos a la luz. Cabello castaño atado en una coleta larga y piel palida. Esta ocasión llevaba un vestido negro largo, hasta las rodillas. Estaba adornado con algunas cruces blancas y alas, así como un pañuelo en el cuello. Llevaba un abanico cerrado en el cabello y algunos listones, así como palillos chinos. Se veia realmente fashion para la escena deprimente en la que vivia y le rodeaba. Botas de tacón como toque final a su atuendo.

No esta de más decir que lo que llamaba la atención era esa pistola de agua de llamativos colores que colgaba de su cintura. Ni ese par de espadas dobles que traia en su espalda... y la mistica bandita que tenia en la naricilla. ¡¡Y mas te vale que no la estuvieras vivoreando!!

- Quiz...- Fue interrumpida por una voz, antes de poder pronunciar una palabra a la nada.

- Hey! Hey! Eleanor!

- No me llamo Eleanor, soy Matilda, pero puedes decirme Mati.

- ¿Por qué te presentas si ya se como te llamas? ¡Eres un pinche caso perdido! Por eso te dicen Mati la loca.


- ¡No me digas asi! A veces me duele en mi corazoncito...

- ¡Uuuuuy! Que delicada.... Pero callate un maldito segundo, debo decirte algo. ¡Alguien vendrá hoy! Y entonces comenzaras a caminar hacia tu destino. ¿No te da emoción? Hoy empiezas el final.

- ¿El final de qué?

- Jejeje pequeña Mati... No puedo darte todas las respuestas... debes dar algo de ti.

Y cualquiera que la viera sabia que habla sola la pobrecita... Giró el rostro lentamente, buscando el que iba a marcar el comienzo del fin. ¡Las voces nunca mentian! ¡Ellas sabian la verdad! Caminó hasta unos escombros y se sentó en lo alto, para ver a la persona que se aproxime.

El sol estaba por caer, y Manchester es peligroso a esa hora... tenia poco tiempo de espera.

- Yuuuuhuuu!! ¡Aquiestoyvenrapidoporfavor!
Matilda
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Mensaje por Syd Lun 30 Mayo - 18:28

Muy en lo profundo del lado oeste de la noble y digna tierra inglesa se alzaba la imponente y lúgubre figura de aquellas estructuras de grandes arcos puntiagudos, torres y bóvedas. La ciudad se llamaba Manchester, y era una de las joyas favoritas de la corona, la ciudad que rebozaba del arte gótico. Podría fácilmente evocarse a un grupo de sacerdotes haciendo canticos que revotaban entre los muros de su catedral, al sobrio y digno alcalde mirando por su vitral en la alcaldía de la ciudad. Ya nada queda ahora de aquella Manchester soñada por una retorcida y genial mente, salvo lo retorcido. Sus ruinas ciclopeas y rasgadas se mantenían en extraños ángulos y amenazaban con desplomarse ante el más mínimo suspiro, pero no lo hacían. Ya no se veían a los sacerdotes, al alcalde ni a ninguno delos habitantes de la ciudad, solo quedaban las ruinas y la soledad de la muerte.

Si, solo la muerte seguía su vieja rutina, caminando de aquí a allá sintiéndose emperatriz de Inglaterra… “God save the queen”… Ninguna de las estructuras más modernas quedó en pie, ni una sola reconocible, solo vidrios y aluminio, no quedo roca sobre roca, excepto por aquellas torres siniestras que abrían sus vidríales vacíos como bocas clamando: “aquí estamos, muertos por dentro, pero de pie, ¿Quién osa atreverse a movernos?”.

Un pequeño rayo de luz moribunda y sucia se filtraba entre una grieta e inundaba el interior del teatro Royal Exchange con una penumbra siniestra. Todos los asientos rojizos estaban arrancados y sin relleno, las losas del suelo se confundían con las que se habían desprendido del techo. Las cortinas, otrora carmesíes y elegantes, ahora pintaban grises y enfermizas. Y allí, en lo que alguna vez fue el escenario, se escuchaba un extraño sonido de succión.

El cuerpo del vampiro azotó el suelo, sin vida. Se escuchó un sonido raro igual al que sonaría al abrir un coco cuando su cráneo se partió del impacto, la saliva se le escurrió de la boca llevando algunos de sus dientes rotos y uno de sus ojos pareció querer salirse de su cuenca pero solo permaneció allí girando despacio como el ojo falso de una muñeca. No cayó ni una sola gota de sangre a pesar de la horrenda y profunda herida en el cuello, no era la marca de colmillos, sino de un trozo arrancado por la fuerza.


-Que inútil –dijo la criatura que yacía en las sombras, limpiándose la boca con la mano, para después agitar esta y dejar que las gotas cayeran al suelo. Varias figuras ocultas entre los escombros se emocionaron al sentir el olor de la sangre. El ser de inmediato volteó sus ojos rojos brillantes hacía ellas, todas retrocedieron asustadas…-eso pensé.

El misterioso hombre se dejó caer mal sentado en una butaca que había colocado en el centro, como si fuese un trono. Miraba enfadado la pila de cuerpos de aquellas alimañas y sacaba un poco el labio inferior, bañado en sangre, como haciendo pucheros. Le enfadaba mucho estar aburrido, había sido divertido los primeros días, cazando vampiros y preguntándose cómo sería beber su sangre tal y como ellos lo hacían. No tenía los colmillos tan afilados, así que simplemente arrancaba un trozo de su cuello y bebía.

-Shikyo –dijo volviéndose a la katana que apoyaba en el mismo asiento por la punta de la funda y en su hombro por el arco de la hoja, como si fuese una niña que tenía mal abrazada por el hombro-, ¿sabías que la sangre de los mortales sabe a dinero, y la de los nobles sabe a vino?... je, ¿por qué será? –volvió sus ojos una vez más hacia el vampiro y alargó los labios en una mueca extraña, no era una sonrisa, pero se le parecía-, él sabía a tierra.

La espada se agitó ligeramente en su funda, Shikyo estaba molesto, él no había probado sangre ni carne en varios días, la espada no mordía el samurái no comía. El hombre suspiró.

-Ya sé, es aburrido, también estoy cansado.

Se levantó, se sacudió un poco y se puso la espada al hombro. El rayo de luz se comenzaba a hacerse más delgado y desvanecerse, pronto se haría de noche, pero en raras oraciones se atrevían a atacarlo las alimañas. Volteó sobre su hombro y sonrió enseñando los dientes a las sanguijuelas que lo observaban llenas de odio.

-Gracias por su hospitalidad, espero que volvamos a encontrarnos pronto… o quizás no -Salió al fin, tres días bajo las ruinas del Royal Exchange, en la oscuridad, lo obligaron a cerrar los ojos un poco, la luz siempre era más intensa cuando estaba a punto de morir.

Era un joven, al menos parecía serlo, de unos veintiséis años, y era infinitamente bello. Se encontraba en algún punto entre lo varonil y lo femenino, sus cabellos negros casi hasta los hombros se movían siempre como atrayendo, acariciando sus pálidas mejillas como deseándolo y apartándose para que sus ojos proyectaran su mirada imponente y seductora. Era la clase de hermosura que uno encontraría irresistible y que a la vez le haría temblar de terror, como contemplar la misma cara del miedo, atrayente, deseable y aterrador. Su nombre ya nadie podría recordarlo, pero los que vivían para verlo partir le llamaban Syd.

Miró al norte, al sur, al este y al oeste, pero ningún lugar le apetecía demasiado. Entonces una voz se escuchó no lejos de allí, quizás justo al otro lado de la cuadra donde acababa de salir. ¿Una señal, creía él en el destino? Se asomó y vio a una extraña mujer gritando a viva voz, en medio de una tierra cundida de alimañas, a punto de caer la noche.


-Si –dijo en voz alta mirando a Shikyo-, vivir es increíble.

Y así, encontrando placeres en el fin del mundo, Syd paró frente a la ovejita en el matadero.

Syd
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Mensaje por Matilda Lun 30 Mayo - 23:38

Y lo primero que vio fue un individuo, llegando desde a la nada a la otra nada. ¡Una mujer!... ¿Oh no? Entrecerró los ojos, hasta apreciar totalmente la apariencia un tanto más masculina. ¡Una mujer!... ¡Que no! Un varón. Sonrió un poco y dobló ligeramente las rodillas, hasta impulsarse en una graciosa marometa en el aire, hasta caer justo enfrente del peli negro, con los pies muy juntos y haciendo un ruido con sus tacones en la tierra. Los brazos extendidos a los lado de ella, para quedar casi nariz con nariz.

- ¡Hola principio del fin! ¡Mi nombre es Matilda Storm y te estaba esperando!

Le dedicó una amable sonrisa y movió la naricilla, haciendo que la bandita se moviera un poco. Sus ojos rojizos parpadearon un poco mientras parecia que lo olfateaba... ¿Sangre? ¿Olia como a sangre? Bajó los brazos y se alejó un paso, ladeando la cabeza, desdibujando su sonrisa para mostrarse inexpresiva e indiferente.

- ¿Cuál es tu nombre paliducho?

Le miró fijamente, de arriba a abajo... Habia algo en él... diferente. ¡Estaba gordo y a la vez flaco! ¡¿Cómo demonios era posible eso?! Seguramente pesaba más de 45 Kg pero era demasiado alto como para pesar tan poco. Era gordo y flaco a la vez... así que... dedujo que estaba por debajo de su peso normal. Y por eso, tenia un conflicto. Era demasiado normal.

¡Pero las voces nunca mentian! ¡Él debia ser especial! Estiró una de sus manos y tomó el mentón de Syd, para comenzar a mover su cabeza para apreciarlo bien, como si fuera una medica. Sus manos estaban raposas por el trabajo pesado, sin embargo su tacto era suave. Después de observarle bien la cara lo soltó y dio otro paso hacia atrás, para echarle un ojo a todo el cuerpo.

- Mmm... Común.

Solo esperaba que no fuera una de esas cositas. Y si fuera una carta de magic, seria de esas con el iconito negro. Una carta común.
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Mensaje por Syd Miér 1 Jun - 0:31

Ni bien se habían encontrado y la mujer ya había revelado su nombre. Por supuesto no era un mago, no tenía poder sobre ella conociendo su nombre, pero ¿Cómo podría saber que no lo era? Simplemente no podía, era una ingenua, una niña jugando un juego de hombres: el de sobrevivir.

Syd abrió los ojos como platos y la boca un poco, alegre, sonriendo, como un niño al que se le entrega una sorpresa, cuando la escucho llamarlo “principio del fin”… Perfecto, sublime, sencillamente la clase de título que el merecía. Entrecerró los ojos y aspiro con fuerza para sentir su aliento: tenía ese olor desagradable a mortal, seguramente tendría sabor a dinero. Cuando se alejó la miro de arriba abajo, había llegado allí con la intención de llevarse un bocado o un juguetito de camino cuando dejara la ciudad, pero ahora…

Guardó silencio, no dijo ni una palabra, no levantó un dedo mientras ella lo miraba, no quería dar nada, solo recibir más ideas retorcidas y magnificas, así que solo siguió sonriendo. Dejó incluso que lo tocara, entrecerró los ojos mientras sus mejillas se abultaban un poco cuando ella tomó su mentón examinándolo, pero aun así no dijo palabra alguna. Hasta que ella lo llamó:

-Común… -susurró.

El crepúsculo finalmente los alcanzó, parados en medio de la ciudad que supuraba la plaga de las alimañas. Los ojos siniestros y rojizos brillaron entre los escombros, hambrientos, sintiendo el aroma de la sangre de la mujer. El disco solar comenzó a descender en el horizonte, y la noche abrazaba las calles de Manchester.

-¿Quieres conocer mi nombre? –le dijo con una sonrisa macabra en el rostro.

Se escucha este tema a partir de este punto:


Extendió los brazos a los lados mientras el sol brillaba detrás suyo como si fuese un aura, escondiéndose temeroso mientras parecía que el invocaba a la noche y a la oscuridad. No podía ver nada más que su silueta ennegrecida y sus ojos brillando, esos ojos rojos, afilados y profundos, más intensos que el miedo mismo que proyectaba su sola presencia. Las sombras se alargaban hacia él, dibujando extrañas e inquietantes formas en los escombros.

Fue entonces cuando su propia sombra cobro vida, idéntica a él al inicio, pero moviéndose donde él no lo hacía, abriendo la boca y sacando una lengua viperina que parecía jugar con la sombra de la mujer, tocándola y acariciándola, contorsionándose de maneras grotescas y burlonas, siempre unida a su amo.

-Tú ya has dicho mi nombre –habló entonces, y su vos era como la de una serpiente-, soy el principio del fin, soy el alfa del omega, soy la muerte y el lugar de los muertos, soy lo que nunca fue y lo que será…

La noche atrajo a las alimañas, que salieron de sus escondites, arrastrándose entre la oscuridad y rodeándolos, colocándose detrás de él, como si acompañaran sus declaraciones, llenos de odio, pero también de temor del hombre que se había atrincherado allí por tantos días.

-Soy la noche, y me han de llamar Syd –continuó-, y así debes repetirlo a todos los que veas, si es que vives suficiente, debes llevar la palabra, de que has visto el principio del fin… o este será tu propio final.

Encontró aquella idea de una demente, como él, de que era un ser divino y terrible, de que era el principio del fin. La era del conde había terminado, ¿por qué, por qué no comenzar la de Sidney? El principio del fin.


Última edición por Syd el Jue 9 Jun - 17:06, editado 1 vez
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Mensaje por Matilda Vie 3 Jun - 9:57

La sonrisa y el rostro de alegria de aquel hombre asombró un poco a Matilda. ¿Estaba tan feliz de haberla encontrado? ¿Deberia estar ella feliz del mismo modo? Sonrió ampliamente en respuesta, cerrando los ojos. ¿Estaba actuando bien? Generalmente uno debia corresponder los gestos del otro de la misma manera. Sin embargo, aquella demostración poco duro... la noche llegó y eso no era NADA bueno.

Miró alrededor con sus orbes enormes, mirándo aquellos ojillos rojos y llenos de hambre por todos lados. Pero no atacaban. Nunca le habían tenido miedo -al menos fuera en Canterbury- y no tenian razones para hacerlo ahora. Entonces, eso queria decir, que el hombre que tenia adelante...

¡MÚSICA!

¿De dónde provenia esa musica? ¿Era la unica que la escuchaba? Volteó a todos lados, buscando de donde provenia. Vio la grabadora rota... Y para colmo era una melodia como que apocaliptica. Regresó la mirada a aquel que hacia una verdadera obra de teatro de su presentación. ¿Había planeado incluso que el sol le diera esa aura maligna? Las sombras comenzaron a retorserce mientras aquel daba a descubierto su naturaleza.

"Soy el principio del fin, soy el alfa del omega, soy la muerte y el lugar de los muertos, soy lo que nunca fue y lo que será..."

Lo primero que pensó es que el tipo se creia Dios. Y por poco le patea la cara para que se cayara de una bendita vez. Sin embargo, una de sus voces la detuvo:

- No señorita Matilda... Él es el alfa DEL omega... no el alfa y EL omega. Por favor, no sea desagradable con él.

Refunfuñó un poco. No podia decir que mentia. Además, sus voces habían probado tener razón una vez más... de verdad la cosita era el principio del fin. Y podia decirlo porque la sombra del individuo estaba tratando de toquetear a su propia pobre sombra. Las alimañas ya se habian mostrado pero seguian sin acercarse... él les inspiraba miedo. ¿Debia tenerlo ella también?

"Syd"... ¡Se llamaba como el perezoso de la Era del Hielo! No pudo evitarlo, de verdad que no. Sus mejillas se inflaron y soltó una carcajada sonora, que hizo que alguna de las alimañas diera un salto, hambrientas, deseosas de desgarrar esa garganta llena de vida, de devorar esas cuerdas vocales.

- ¡Jajajajajajajajajajaja! ¿Y dónde estan Diego y Manny? Ay, ay...

Se limpió una lagrima mientras intentaba calmarse. La panza le comenzó a doler... Por eso no se reia... muy seguido. Regresó la mirada a él y sonrió un poco.

- Yo sólo llevo la palabra de alguien a los rincones de este país muerto... Y es la palabra de mi Señor. Claro, a todo aquel que sea digno de escucharla. Y parece ser que tu necesitas un poco de ello...- Dio un paso hacia atrás, quedándo así, dos ya mas alejada de aquella aberración. - Sin embargo, no puedo. Tu determinarás mi destino... Ellas han hablado.

Cualquier otro día le hubiera arrancado la cabeza a mordidas mientras se bañaba desnuda en su sangre, riendo demencialmente. Pero hoy, la profecia de unos minutos se había cumplido. Quizás se iria... porque si no iba a atacar, de menos saldria corriendo para verlo otro día.

- Mujer tonta, él quiere alguien que le hagas campaña como de esas politicas. ¡¿Rehusas a tu destino?!

- ¡Pero yo ya tengo un camino! - Comenzó a gritarle a la nada.

- ¡¡El perro que sirve a dos amos terminará destruido!!

- ¿Así iba ese refrán...? ¡Aún así! ¡No soy fácil de quebrar!... Bueno, refiriendome a mis convicciones religiosas. - Y eso ultimo si iba más como que a Syd.

Sí, estaba hablando sola. Ya natural en ella.
Matilda
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Mensaje por Syd Miér 22 Jun - 22:38

Ni bien la vio y se sintió atraído, ni bien la olio y se sintió excitado, ni bien la escucho y quedo enamorado, ni bien la conoció y la amo perdidamente. Esa locura exquisita, hermosa, deseable y emocionante lo tenía embelesado… y la mujer no era desagradable tampoco. O más bien lo era mucho y eso daba un toque más delicioso a la situación. Pensó un par de veces en poseerla ahí mismo, hacerla su mujer y bautizarla de sudor y sexo en medio de las calles, ante la mirada de la muerte y las alimañas mientras su sombra se masturbaba observándolos la desgraciada, pero eso lo reservaría para después, si, tendría sexo con ella, eso lo había decidido nada más verla a lo lejos cuando se percató de su presencia, pero eso había pasado a segundo plano ahora que estaba enamorado de su falta de cordura.

Afiló las comisuras de los labios dejando ver una fina línea blanca que eran sus dientes cuando sonrió, entrecerrando sus ojos un poco como cuando se contempla con agrado alguna maldad bien realizada o, en este caso, se mira excitado al ser amado, que era esa risa estridente. Alguien se había reído de él en una ocasión, no lo recordaba bien pero le parecía que sus vísceras estaban por allí en algún sitio, no estaba seguro, pero ella podía presumir –si es que lo entendía- de que estaba en presencia de la maldad en uno de sus estados más puros, riéndose de ella, y que viviría para contarlo. ¿Cómo podría matar a un delicioso panecillo de carne, esponjoso, rebosante de sangre, que era el vehículo por el que viajaba la genialidad?

-No digas mi nombre en vano…

Cuando terminó de reírse, él parpadeó despacio mirándola. Inclinó un poco su cuerpo de la cintura para abajo, ladeando la cabeza y juntó las llenas de sus dedos mientras la miraba de forma casi femenina. Caminó despacio a su alrededor mirándola, sin perderse ni un centímetro de ella mientras sus botas resonaban en el suelo arenoso. Las alimañas gruñían con ferocidad, lanzaban zarpazos como queriendo intimidarlos o solo enseñaban los dientes, pero no los atacaban, le tenían miedo aun y no lo harían, sabían que necesitarían muchos más y él estaba recién alimentado y ahora además emocionado.

-Aunque camine por el valle de las sombras, no temeré ningún mal… -susurró a penas un poco recordando ese pasaje. ¿Alguna vez había leído la biblia? Se detuvo frente a ella de nuevo y sonrió una vez más, casi con calidez- tus voces son sabias, debes hacerles caso, ¿te han mantenido viva hasta llegar aquí no es cierto? Y este es el momento más importante de tu vida… -se acercó y colocó sus manos sobre los pechos de la mujer, apretándolos un momento aunque más parecía que comprobaba su tamaño y peso de forma científica pues ni pestañeó al hacerlo- has madurado para llegar a mí… pues yo daré sentido a tu vida, ven.

Extendió su mano y la tomó por la misma, guiándola a través de las calles de Manchester despacio, con la mano alzada igual que si llevara a una quinceañera durante su vals, mientras las alimañas vampíricas los seguían a su distancia. Estaba un poco nervioso, ¿Cómo no estarlo si estaba cerca de ella, esa demencia que le hacía sentir mariposas en el estómago? Se preguntó si le gustaría él, si su locura estaría también a su nivel y haría feliz dándole el “sí, haré matanzas en tu nombre”.

Siempre que sus pasos tocaban la tierra, el sol y la luz se alejaban en el crepúsculo, como si él mismo trajera la noche y fuera su emisario. Pero no quería ser un heraldo, quería tener un heraldo. Ante la vaga luz crepuscular se vio aún más hermoso de lo que era, si es que había posibilidad de ello, sus ojos brillaban como si una lagrima fuera a salirle en cualquier momento, su porte era noble y distinguido, su cuerpo era un homenaje a la perfección y abrazaba la guapura varonil y la preciosidad femenina. Era, en pocas palabras, sencillamente bello, quizás de los seres más bellos del mundo, y al mismo tiempo de los más horrendos.

Se detuvo frente a un alto precipicio, desde donde se veía todo lo largo de Manchester: una ruina pútrida y nefasta que albergaba la oscuridad y la maldad extremas. A lo lejos se escuchaban los ecos de los gritos y rugidos demente de los vampiros.

-Ahora te daré una prueba de quien soy yo, pero tú deberás interpretarla por ti misma, puedo mostrarte el camino hacia mí, pero tú debes tomarlo sola… -volteó a verla, un intenso viento le acaricio el cabello y él le sonrió casi de forma paternal- bienvenida a tu destino, santa Matilda Storm… bienvenida al principio del fin.

Aun sujetando su mano dio un paso al frente y se precipitó hacia el abismo junto con ella. No había nada de que asirse, solo se sentía el aire y esa horrible sensación de caída mientras la risa de Syd, que no dejaba de mirarla, le llenaba los oídos. Las alimañas se lanzaron por ellos, querían atraparlos a media caída. Fue entonces cuando sacó a Shikyo y la agitó una sola vez hacia arriba, el grito del samurái resonó por todo el precipicio con un eco siniestro. Las cabezas se separaron de sus cuerpos y otros fueron abiertos en dos como si fuesen muñequitos de plástico. Soltó la katana y tomó a la mujer en sus brazos, cargándola como a una novia justo al momento que aterrizó en el piso con sus propios pies, abriendo un pequeño boquete en el suelo. La espada cayó clavada perfectamente en la tierra, a su lado, el espíritu estaba complacido.

Miró a Matilda un instante y le sonrió, sin bajarla al suelo.

-Sígueme ahora, y te mostraré maravillas…
Syd
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Mensaje por Matilda Jue 23 Jun - 21:49

Una sonrisa oscureció -sí, oscureció- el rostro de aquél sujeto. Tenia una extraña mirada en ojos... Unos ojos que ya muchas veces le miraron así antes. No le intimidaba ni mucho menos. Sabia que estaba en zona peligrosa con un ente de desconocido poder y aún así, sin importarle nada, pelearia hasta el final con uñas y dientes si fuera necesario.

¿No decir su nombre en vano?... ¿A poco se gastaba? Por eso le gustaba, mas o menos, que le dijeran "Mati" en vez de Matilda, así nunca moriria. Sí, tenia una teoria: Entre más dijeran su nombre, lo gastaban y se moria más rápido. Así, si nadie le llamaba por el nombre, viviria más tiempo, más de lo normal. Quizás él compartia ese hecho irrefutable (¿No que era teoria?).

Cuando comenzó a rodearla, como si fuera un producto en un aparador, se limitó a seguirlo con la mirada, sin mover sus botas del suelo... Cuando estuvo atrás de ella giró la cabeza al lado contrario para verlo aparecer una vez más en su campo visual.

- Aunque ande en el valle sombrío de la muerte, no temeré mal alguno, porque tu estas conmigo... Tu vara y tu cayado me infunden aliento. Salmo 23 de David... - Cuando dio el paso hacia ella ni se inmuto, permitiendo que rompiera su espacio personal hasta tomar sus senos, a lo cual simplemente parpadeó una vez. - Sentido a mi vida. - repitió como si quisiera estar segura de lo que había escuchado.

¿Sentido a su vida? Ni siquiera las voces podian darselo, a pesar de lo mucho que hacian por ella. Y en segunda... ¿Por qué él haria algo asi por ella? Todos se alejaban murmurando "loca". Le miraban con desprecio. Le escupian, hacian muecas, se reian... ¿Qué lo hacia a él diferente? Estaba perdida en esos pensamientos cuando sintió el material plastico de los guantes en una de sus manos, tomándola de la mano como si fuera una dama o algo así...

Le siguió. Le siguió la corriente porque a los locos hay que tratarlos así ¿No? Tenia mucha experiencia en ello, ya que creian que ella estaba loca. Todos, casi hasta ella misma... Pero volviendo al tema... Giró el rostro a las alimañanas le seguian. Les temian. Si estuviera sola ya estaria peleando por su vida mientras corria en dirección contraria. Giró la cabeza de vuelta a él... Esa figura, ese rostro hermoso. Era como... como... un gay.

- Por favor señorita...

- Sí sí, perdón.

Sabia que los homosexuales y los que se suicidan no van al cielo. Eso claro, ignorando que quizás era un vampiro o cualquier otra "cosita" que probablemente ni siquiera pisaban el purgatorio, bajando directamente a las puertas del mismisimo infierno... Donde se encontraban ahora. ¿Qué día murio que no se di cuenta? ¿Y qué abrá hecho de maldad que tuvo que caer ahi como un maldito? Suspiró para ella sola, hasta que una impresionante vista de Manchester la regresó a la realidad una vez más.

- Wow...

Dijo nada más. Era... sublime. Ruinas, oscuridad, sombras. Nunca la había visto así. Era como si un rey presentara ante su pretendiente su reino decayente. Como si Rafiki presentara a Simba ante todos. ¿Ahora debia cargarla? ¿Y un rayo de luz la alumbraria mientras ponia cara de cachorro estupido? Parpadeó un par de veces cuando le dijo aquellas palabras... Su destino... ¡¡Dijo su nombre con todo y apellido!! ¡Estaba un nombre más cerca de la muerte!

Y de pronto... rip.

"Rip" habia sido el sonido de sus tacones al deslisarse por la orilla del acantilado. Levantó una mano rapidamente para intentar sostenerse de la orilla. Sus uñas largas y pintadas de negro rasguñaron el borde, llevándose un poco de piedra y polvo con ella. La risa estrenduosa del hombre no la dejaba pensar... La sensación de caida, como la que tenia todas las noches le invadió el estomago hasta subir a su pecho. La desesperación de saberse casi muerta... El ruido de los dientes rechinando de las alimañas...

- Mata, mata, mata, mata, mata, mata.

- Es la unica forma de salvarte.

- ¡¡Ahhhh!!

Se cubrió los oidos. ¡Que se callen, que se callen! El horrible grito de la espada se confundió con el suyo, haciendole compañia mientras destrozaba con increible destreza el cuerpo de mounstros como aquellos. Estaba por llegar al infierno... Demasiado ruido. Apretó los ojos mientras intentaba perderse en su conciencia. Recordó los gritos de su familia. La risa demencial de los vampiros y...

Luego unos brazos.

Unos brazos que la rodearon y al final cayeron a tierra firme como si nada hubiera pasado. Las unicas huellas fueron esa marca en el suelo y el suave vibrar de la espada al clavarse en el suelo, cortando el aire con el agudo sonido. Mucha sangre terminó cayendo alrededor y sobre ellos, como una lluvia escarlata y demencial.

Abrió los ojos... miró hacia arriba, hacia la noche que por fin daba inicio. Estaba flotando... No... estaba en los brazos de aquel que habia detenido su caida. Giró los ojos sin mover la cabeza, echada hacia atras, y miró a Syd.

-Sígueme ahora, y te mostraré maravillas…

Respiraba agitadamente, mientras su pecho subia y bajaba... Tragó saliva pesadamente mientras sus pupilas temblaban de locura. Sin duda su mente estaba lo suficientemente perturbada como para sufrir por una emoción tan fuerte y cercana a la muerte... Y como todo resultado levantó la mano suavemente hasta la mejilla del hombre, tocando su tersa y blanquecina piel.

- Muestramelas... - Enterró sus uñas en la carne de él, haciendole daño, sonriendo ampliamente. - Muestramelo antes de que me pierda en el torbellino de locura que nos reclama... Enseñame ahora que he perdido contra la razón. - Enterró un poco más sus uñas hasta sacarlas y dejar un chorro de sangre que se mezcló con el de las criaturas. - Hazlo... Y no te arrepientas.
Matilda
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Mensaje por Invitado Jue 23 Jun - 23:51

Una vez mas era victima del estupido destino, siempre jodiendome la existencia, me traia de un lado para el otro y por una u otra razon me habia traido a las bellisimas y hermosas calles de Manchester donde, los escombros eran mas altos y las pestes mas abundantes, tambien creo que dicen que en manchester ahi pastel!!!, voltie a ver si el rumor era cierto pero no!!!!! Claro que no, nunca ahi pinche pastel, EN ESTE MUNDO JODIDO DONDE CHINGADOS O A QUIEN CHINGADOS TIENES QUE MATAR PARA OBTENER UN TWINKY!!!!!!!!!!!!, la rabia se me salia asi como las venas se me empezaban a sobresaltar y los ojos casi cerrados estaban completamente abiertos.

Corria por las calles embravecido, molesto y cagado - QUIERO MI PUTO TWINKIE!!!!!!!!!! - todo lo que se cruzaba en mi camino parecia tener un extraño amor por manchester, lo juro nunca habia visto tantas pestes besar el suelo de su tierra patria, y entonces llegue al lugar soñado, las ruinas de un supermercado, mis ojos se abrieron de ilusion y una sonrisa casi de niño ilumino mi rostro, no podia creerlo, si habia un Dios esponjoso!!!, y era verdad que nos queria a todos, pronto seguramente estaria probando el ultimo twinky de la tierra, lo tomaria y lo morderia con mucho placer, se desmoronaria suavemente en mi boca, y disfrutaria de su cremoso centro.....

Tragaba saliva, y la baba se me escurria mientras la demencia twinkiesca me dominaba, lentamente di unos pasos hacia el frente, aproximandome a la puerta que de un movimiento muy audaz de mi pie hiso que se callera, y ahi adentro estaba completamente saquiado, abri grande la boca y mire anonadado.

En definitiva no fue buena idea uir a manchester despues de ser demandado por mi jefe, tras recibir un balazo y salpicarlo ocasionandole quemaduras de tercer grado en todo el rostro, lo que me caga es que el imbecil se quedo ahi parado a recibir la sangre, de pronto mire a mis dos acompañantes observando como Chacho me miraba feo para que recapacitara de lo sucedido - que me vez!...... no pinches mames chacho, sabes que el imbecil se quedo parado!!!!.......... que yo lo abraze y me lo restrege!?, Okey esta bien si me le frote en la cara y lo disfrute, feliz!!!!, no mames y te llamas mi amigo? - Estaba molesto, primero pierdo la chamba, luego no ahi twinky y finalmente mi amigo, se pone del lado del babotas ese.

Me quede ahi sin nada que hacer mirando a la nada, viendo la ciudad como lo que en verdad era, un pinche basurero de mierda!, neta que lo mejor que podian hacer era perfumar la basura, a ver si asi este lugar seria menos mierda. voltie a ver a chacho y despues de verlo unos momentos y ver esos ojitos y esa boquita, no pude seguir molesto resignandome completamente mientras las pestes que besaban el suelo se empezaban a levantar, y nos miraban feo.

Era agotador tener que lidear con esos imbeciles, si no fueran tantos simplemente los desnudaria a todos y me largaria con todo lo que tuvieran, solo por autosatisfacción, me pare y puse a chacho en mi hombro y entonces vi lo insolito - NO MAMES!!!!, MI TWINKY!!!!!!!!! - una de esas madres tenia la boca embarrada de Twinky, corri hecho madre a el y con mi cuchillo de un movimiento lo degolle, continuando hacia adelante, muy apenas la sangre era visible en la cuchilla, mientras continuaba avanzando entre los demas inocentes que solo con mirarlos a los ojos vastaba para pasar sin mucho problemas.

Ya se estaba volviendo tarde y extrañamente un grupo de pestes habia logrado alcanzarme el y su grupo me tenia rodeado, podia usar mis talentos, pero no!!!!, desde el comienzo del amorio entre Chacho y Chankra, la muñeca sexy que Chacho descaradamente se tiraba en mi cuarto cada noche, el debia lucirse como la piedra/gato que era, asi que acomode a Chanckra en el suelo, y mire a los imbeciles que ostentaban ponerse en mi camino, uno a uno los conte - Uno.....Dos...... venitiocho..... zero...... chorroscientos..... cuatro...... okey chacho, nos tocan dos y dos, ve campeon! - Lo lance y este se paso de largo golpeando a uno que nisiquiera estaba ahi, a lo que yo me le quede mirando extrañado y luego comprendi su elaborado plan, el me dejaria estos cuatro a mi, y el se encargaria de los chorroscientos que estaban haya.... que buen amigo, hasta las lagrimas me saca - Bueno Chankra ahora te mostrare de lo que soy capas, y mis habilidades son solo una milesima de los poderes de Chacho, WOOOOOWWWWWWWW, MODO BATALLA ON!!!!!!!!! - me pues en la pose de batalla numero 42 aunque estaba incompleta sin la grandeza de Chacho, de todos modos era lo suficiente para asombrar a cualquiera, con las manos en mis pantalones, y una pose varonil mientras aclaraba la garganta para recitar el coro de destrucion apocaliptica, y recolección mamastrosa.

De pronto me senti una superstar, y comence a cantar de lo mas entonado posible incluso podia decirse que era un beatbox, sin nesesidad de instrumentos, para luego empezar a cantar una canción tan maligna, tan diablolica, que el solo escucharla hacia temblar a todos, incluso una de las animañas en cuanto escucho mi himno de batalla, sucumbio de terror corriendo despavorido, y los otros me atacaron, mientras la letra iniciaba (Aquellos de mente debil no deben escuchar esta canción, no tiene nada de sexo explicito pero deberia ser ilegal shut up (and sleep with me) - sin with sebastian) en un parpadeo la batalla termino y el cielo se tiño de rojo, llovio sangre y cuerpos por todos lados.

Entonces sin darme cuento, note que con un estruendo vi caer un caballero y su damicela, me les quede viendo y entonces vi a Chankra ahi detras del hombre y los cuerpos de esas animañas y entre todo el destrozo una cosa llamo mi atencion, era una pulcerita que me gusto y el caballero estaba pisando mientras parecia que los dos se disponian a ir a un hotel.

Sin mas que decir continue mi canción donde la deje - We are young, we are free, Why don't you sleep with me! We are young we are free why don't you sleep with me!, turu!!!!!! - finalmente llegue frente al tipo y mire sus ojos rojos y me le quede mirando como bicho raro - No es que quiera incomodar pero sabias que existe gotitas pa los ojos, aqui tengo no te apures - me saque un botecito de la bolsa, siendo mi habilidad primaria mi mirada obio... que tenia que cuidarme los ojos - Descuida se ponen dos gotas en las mañanas otras dos en las noches antes de dormir, y en tres días desaparecen los ojos rojos, YEY!!!, hise la obra buena del día Chankra - les saque la vuelta y tome a la muñeca de porcelana, un poco maltratada pero sin duda en un estado desente a comparación de lo que usualmente encuentra uno.

Mire a Chankra sonreindo - Uy que bien cantas Chankra cantemos juntos!!, Shut up sleep with me, come on aha sleep with me, Dios que pregunta es esa chankra obio.. Chacho ya termino con todos - pase nuevamente a su lado e hise un gesto mientras me agachaba para tomar la pulsera y luego me levante - Compermicito - algo en ese hombre me recordaba a algo, algo importante, pero por ahora nada era mas importante que ir por Chacho, seguro estaria aburrido de esperarme.

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Mensaje por Syd Dom 3 Jul - 22:13

Hubo solo un sonido de suspiro, pero no se pudo saber si pertenecía al alma atrapada en la espada, satisfecha con haber bebido sangre, comido carne y probado muerte, que es lo que realmente deseaba, o si había sido Syd, apenas sintiendo un poco aquel pequeño cuerpo entre sus brazos. Era suave y exquisita, la sangre en sus venas latía intensamente… oh, como lo excitaba, su cercanía, su olor, su color, sus ojos moviéndose de aquí a allá, temerosa. Su pecho alzándose emocionado y asustado, su mano tocando su mejilla y luego la dulce y exquisita sensación de sus uñas clavándosele en la piel. Si, la deseaba ahora más que nunca, ya había tomado una decisión: Matilda Storm sería su mujer.

Cerró los ojos y exhaló excitado al sentir su sangre correr por su mejilla y luego por su cuello. La piel se le cayó y el no hizo nada por impedirlo, dejó que esa parte de su rostro mostrara nervios y músculos e incluso una pequeña porción del hueso de su mandíbula y dientes. Sus colmillos inferiores, pequeños y a penas afilados se asomaron por la mitad de aquél rostro ahora medio cadavérico. Se relamió, su lengua podía verse moverse en su boca. El paso era increíble entre la absoluta belleza y la monstruosidad y hacía recordar claramente que no era un héroe o un caballero blanco, era el demonio del cuento, que había mirado el cielo y había anhelado tomar un lugar que no le correspondía, y sus alas serían Matilda Storm.

Y de pronto esa presencia… Abrió los ojos tanto que parecieron que iban a saltársele, no de nuevo… Bajó a Matilda al suelo, colocándola de pie de un movimiento, pero no le permitió alejarse de él, avanzó solo un paso y la empujó detrás de él sujetándola por el brazo. Conocía bien qué clase de monstruo podía emitir una presencia así: uno idéntico a él. ¿Qué querría, había ido a buscarlo, o por casualidad se había extraviado y buscaba un bocado y el único pastelito cerca era… Miró por encima de su hombro a la mujer, no permitiría que se la quitaran, ahora le pertenecía y prefería verla muerta que en brazos o estomago de otro. La oscuridad había caído, así que permitió que el manto nocturno –su aliada, su madre y su amante- curara su rostro. La carne se regenero y la piel volvió a formarse, pero las manchas de sangre no se borraban tan fácilmente. Alargó su mano y recogió a Shikyo.


-Impúdico –susurró enfundando el arma desnuda, al fin apareció aquél sujeto.

Seguramente tenía algún rato mirándolos y él no se había dado cuenta. Desde luego no lo reconocía, le era imposible tener una memoria clara de lo que había sido simple oscuridad y caos, entre gritos y rechinar de dientes. Ese era un problema de cuidado, Syd… “respetaba” a los que eran igual a él, o sería más acertado decir que les tenía lastima, pues conocía el tormento que habían pasado. Pero eso llegaría a su fin, dejaría de ser un simple oscuro y se convertiría en un dios y reformaría toda la tierra a su imagen y semejanza, por eso era tan importante tener de su lado a Matilda… por eso, y porque ahora estaba enamorado de la locura de la mujer.

El recién llegado se acercó y comenzó a fastidiar a Syd con una perorata estúpida respecto a una medicina seguramente caduca. Tomó el frasquito que le ofrecía el extraño pero no sonrió, la que reía era su sombra, se doblaba y contorsionaba en formas extrañas y grotescas, se agarraba el estómago enseñando los colmillos al reír, hace tiempo que Syd deseaba matarla. No pronunció palabra alguna, el tipo parecía bastarse solo con su palabrería y vulgaridad. No lo dejó acercarse a Matilda desde luego, se movía de forma que siempre quedara entre ambos, y al final, lo dejó tomar los objetos que quería y partió. Syd chasqueó la lengua como si se burlara.


-¿Te das cuenta?
–Dijo volteando hacia Matilda, sonriendo un poco-, ¿notas la diferencia entre lo común… y lo divino? -la tomó por la cintura y de un jalón la pegó contra él, unió sus caderas, sus vientres y sus pechos-, ahora déjame mostrarte, como aunque andes en senderos oscuros, no debes temer ningún mal…

La cargó una vez más, pero ahora no como a una novia, colocó su brazo izquierdo a la altura de su propia cintura en forma de gancho, formando un asiento del que la llevó cargando, como se carga a un chiquillo. Tembló un poco, nervioso y ocultó su sonrojo mirando a un lado, sonriendo. Era extraño, pero se sentía como… ¡como un colegial!, un muchacho que estaba cerca de la chica que le gustaba, su corazón pareció latir un poco, lo que era mucho decir para una cavidad que hacía mucho tiempo solo albergaba vacuidad. Era liviana y esponjosa, como un pastelillo de carne delicioso y latente, vibrante como relleno de animalitos de los que a veces encontraba por allí y devoraba como una botana. La vida era muy buena con él, seguramente porque la vida era como él la deseaba y funcionaba con sus reglas, las reglas de un dios.

De entre las ruinas por las que había salido el desconocido ahora solo se veía oscuridad, pero el ruido de las alimañas era aún más fuerte. Era lo curioso con ellas, no importaba cuantas mataras, siempre había más. Se alimentaban de la sangre que aun supuraba algo de vida de aquellos de sus hermanos caídos por la umbra. Si, las alimañas, también son caníbales. Los ojos comenzaron a brillar entre la oscuridad de aquellos restos putrefactos y arruinados que alguna vez fueron una ciudad, pero no necesitaron salir, sabían bien que el vendría hacia ellos.


-No sientas temor –le susurró mientras avanzaba hacia el nido-, abre bien los ojos y veras cosas que te parecerán increíbles –se acomodó la espada en el cinto, Shikyo ya había bebido, así que aunque gritara o se agitara no le dejaría probar más sangre, todo lo haría él, con tan solo la mano que tenía libre. Miró los ojos de su compañera, que hervían de locura, y le acaricio la frente apartándole el flequillo, regalándola con una sonrisa tierna- confío en ti –le susurró, y era cierto, sabía que interpretaría todo de la forma correcta.

Avanzó entre la oscuridad y se internó entre las ruinas…

musica de fondo:

Las ruinas ciclópeas permanecían solitarias y tristes, cuidadosamente lloraban recordando los hermosos tiempos cuando las familias iban de la mano a comprar, donde se encontraban los amigos y donde había risas y emociones. Ahora solo habitaba allí la oscuridad y la esencia del miedo mismo: lo desconocido. Los ojos de Syd brillaban mucho en su tono carmesí, observando entre las tinieblas que de otro modo eran impenetrables. La suciedad era el único color distinguible en las paredes, la suciedad y la sangre. Las alimañas se lanzaron inmediatamente al verlos entrar, y entonces las oscuridad pareció cobrar vida, se levantó como si fuese un líquido goteando y se solidificó en estacas atravesando a los que se atrevieron a amenazar al vampiro y su preciosa carga.


-Shhh… no temas –le dijo a su compañera.

Subió unas escaleras eléctricas inservibles y continuó por el piso superior. Las alimañas no dejaban de llegar, pero la oscuridad que los protegía se decantaba a favor de su hijo más fuerte. El sonido de gritos y de carne atravesada era perturbador, así que pensó que podía susurrar una hermosa canción de cuna para su pastelito de carne…

I run, I fall, what ripped away, check my body
Was it body or soul
The darkness fades, fades to light
Disappearing now, disappears from the night

Comenzó a reírse un poco en este punto. La sangre caía como lluvia sobre ellos mientras avanzaban y los vampiros se arrojaban a su propia perdición.

And all these nightmares I once had as a child
The morning always came, it came too late
What did my mind forget, forget to hide
Could the nightmare be awake, I don't know


Sus ojos centellaban ahora con un brillo demencial, sus dientes se habían convertido en colmillos completamente, pero sus manos aun la sujetaban con fuerza sin llegar a herirla. ¿Tendría miedo, ya no querría ser su mujer ahora que lo veía así?... ¿o acaso lo vería como él esperaba?

Oh the sweet sugar saves me, it's the room that confines me…

Acortó la canción, ya habían salido de la zona de Manchester y se encontraban en la frontera principal. Las alimañas rugían llenas de furia, derrotadas, mientras el caballero de oscura y diabólica armadura bajaba a su demente Ofelia. Estaban bañados en sangre, el cabello se les pegaba a la cara y apestaban a oxido, pero a Syd no le importaba, solo le interesaba lo bella que lucía cubierta de muerte. Tomó su rostro entre sus manos y le sonrió, contemplándola.

-Este es tu primer bautismo –susurró.

Y entonces la apretó con violencia contra él y clavó sus labios en los de ella y robo un beso suyo, profanó su cálida boca con su lengua, restregó su ser en su interior, bebió de su saliva y le obsequió la suya que era divina. Entre gritos y muerte, él solo pensó en besarla. Se separó y se relamió los labios mirándola mientras el corazón le latía tan fuerte que parecía que estaba vivo.


-Ahora te he dado una pequeña muestra de mí
–con su pulgar le limpió la mejilla y entonces pronunció algo que nadie diría a un loco, salvo quizás uno peor-, todo lo demás lo dejo en tus manos, la verdad está en tu cabeza.
Syd
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Mensaje por Matilda Lun 4 Jul - 19:56

Se estaba volviendo totalmente loca, si es que podia ser más cierto... La piel de aquel hombre estaba cayendo al paso de sus uñas. Podia ver lo que habia debajo. No era natural, no estaba en sus cabales, estaba ya en el punto en donde las alucionaciones se confunden con la realidad. Muchas veces había llegado a ese punto y había sido doloroso despertar. ¿Cuándo lo haria ahora? Seguia con la cabeza echa hacia atrás, tratando de recomponerse.

Syd la bajó al suelo y la colocó atrás de él, sujetandola del brazo. ¿Algo sucedia? Miró por un lado del sujeto y se encontró con otro... Que los rondaba, viendo los cuerpos destazados. No era un inocente... Era una de esas "cositas". ¿Estaba entrando al nido de esas alimañas? ¿El perezoso la había traido a su guarida para ser comida entre varios? Pero al parecer no se conocian... el hombre le ofreció una medicina para los ojos mientras seguia buscando algo.

- Para los ojos...

Le arrebató las gotitas de la mano a Syd y las miró detenidamente mientras sonreia. Esas se vendian bien. Las guardó en su bolsa de la falda y fue jalada por el oscuro señor hasta pegar demasiado sus cuerpos, mirándolo de cerca... Su mejilla ya estaba regenerada y le preguntaba si se daba cuenta de la diferencia entre lo divino y lo común.

- La diferencia que veo... es que ignoras al extraño porque esta loco. Siempre nos ignoran... Nos hacen a un lado por lucir, pensar o hablar diferente. ¿Quién es el único "común" aqui?

Calló cuando la cargó de una forma curiosa mientras era conducida por Manchester. Miró por ultima vez al extraño sujeto quien habia ido a recoger una piedra o algo asi. Tenia suerte de que estaba ocupada y bastante trastornada con el hombre que parecia querer tenerla o demostrarle algo.

- Debes matarlo, debes... debes... ¿Qué tal si fue él?

- ¡¡Pero volverás a verlo!! ¡¡Y ese día platicaran en su locura hasta que alguien muera!!

Sonrió ampliamente y regresó la mirada al frente, viendo como las alimañas se mantenian alejadas. Era como flotar a lo largo de una pesadilla, esperando el momento en que un enemigo salta y te despierta de golpe por las mañanas. Era... Un milagro. Un milagro oscuro y terrible. Estaban entrando al nido de las alimañas mientras él le dedicaba una sonrisa tierna y le acomodaba el flequillo. No dijo nada... Se mantuvo en silencio todo el trayecto, mirando alrededor con ojos rapidos y temblorosos.

Era... la primera vez después de muchos años que veia esa ciudad después de la "muerte" de Inglaterra. Nadie en su sano juicio entraria. Pero ahora estaba siendo merecedora de un favor demoniaco. ¿Qué había hecho? ¿El señor la estaba abandonado? ¿Qué habia hecho mal para merecer la oscuridad en su cuerpo? Cuando los entes se lanzaron contra ellos se encogió e intento buscar sus armas, pero la oscuridad se levantó en una burla y terminó con todos ellos.

"Shhh no temas..." Susurró él mientras comenzaba a cantar, mezclado con el sonido de la piel desgarrandose, de los huesos quebrandose, de los chillidos de muerte enloqueciendo su ser. Podia escuchar el reguero de sangre, helandole el alma y golpeandole el espiritu. ¿No queria que temiera? ¿Y por él... Tenia que meter por él? Podia escuchar su ligera risa taladrando su cabeza. Terminaron el paseo que para ella duró una eternidad. Segundos que se transformaron en minutos y minutos que se transformaron en semanas. Se quedó inmovil cuando bajó de los brazos del caballero maldito. Su fleco castaño se pegaba a sus ojos y mejillas. Apenas si veia entre los cabellos ahora pegajosos...

- Te lo dije... es el comienzo del fin...

Unas manos la hicieron girar los ojos hacia la mirada roja de Syd... De verdad necesitaba gotas. Y de pronto un beso o algo parecido. Los labios del oscuro se pegaron a los suyos, violándola con la lengua, quemándola con su saliva. No dejó que terminara, empujándolo con sus brazos, saboreando la sangre de las alimañanas que estaban en los labios de ambos. Dio dos pasos hacia atras mientras ladeaba la cabeza y sonreia demencialmente, mirándolo con ojos temblorosos.

- ¡¡Deja de ignorarme!! ¡Deja de decir que estoy loca!

- ¡Acabalo, acabalo!

- ¡¿Mi primer bautismo?! ¡¿MI PRIMER BAUTISMO?! ¡¡Nunca comprenderás lo que hay detrás de mi, de mi pasado, de mi presente, de mi futuro!! ¡¿Quiéres que sea tuya?! ¡¡¿Deseas tenerme?!! ¡Entonces lucha por ello!

Sacó a Melahel y Reiyel, sus sables dobles de color blanco, sujetos por una cadena y se puso en posición de ataque, colocando el pie izquierdo ligeramente más atras, mientras las puntas de sus botas crujian ante la tierra de la frontera. Levantó a Melahel, de filo acerrado hasta la altura de su rostro, y coloco frente a ella a Reiyel, al nivel de su pecho. Sus ojos se afilaron y le miró con total intensidad... Él la deseaba. Podia sentirlo, podia ver su sombra lujuriosa tomándola una u otra vez.

- Un señor de la oscuridad jamás comprenderia lo que es la vida y un verdadero bautismo... Vamos Syd, el perezoso, vamos y quiebrame que nada tienes que perder. ¡O quizás pierdas un poco de tu bondad! ¡Pierdas la poca compasión que demostraste tener! ¡¿Sacrificaras tu camino al lugar donde jamás llegaras por tu ambición?! ¡¿Romperás lo unico que te ha hecho sonreir por tu ansia de obtenerlo todo?!

- Sí... sí... Tu destino es él...

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Mensaje por Invitado Lun 4 Jul - 22:08

Me valia madre el hecho de que hacian, si encontraban un buen lugar para joderse mutuamente o no, simplemente me encontraba enfocado en seguir mi camino, encontrar a mi buen amigo chacho, aunque antes de retirarme del todo logre escuchar algo que me hiso detener mi andar, deteniendo mis pies mientras pensaba donde habia escuchado esa altaneria anteriormente, lleve mi mano a la barbilla y la frote mientras meditaba.

De pronto recorde ligeramente un pequeño recuerdo que me vino a la cabeza, esa sensación, y ese ego, mis memorias se mescalaban con las de aquel bastardo, y entonces recorde exactamente que era ese extraño sentimiento que me inundo en cuanto lo vi, era un ligero calor en el pecho, tal vez un "hermano?", me ataque de la risa por mi repentino hallasgo, quien fuera a decir que con una mujer encontraria a una de las partes de ese estupido imbecil.

La existencia era tan ironica, un día caminas a recoger a un amigo, y de pronto todos tus planes se cambian - Jajajajajaj!!!!!!!!! - No podia dejar de parar por la extraña cohincidencia, me gire a verlo, sonriendo camine a paso lento mirando a donde se dirigian, perdiendolos de vista para finalmente encontrarme con Chacho, que ahi estaba en el suelo bañado en sangre, quien diria que una piedra podia hacer esto, no importaba al final solo era una herramienta mas, una herramienta para complementar el teatro que se habia vuelto mi vida, solo para darle un toque de diversión.

Me gire y me amarre la muñeca y la piedra a un lado, y sonrei en busca de un nuevo juguete, una nueva herramienta, algo digno con lo que jugar, mirando en aquella dirección, mientras que las criaturas me me asechaban sin atreverse a hacer algo contra mi, la noche la guardiana que una vez me favorecia, ahora seria el velo que cubriria el caoz que estaba a punto de ocasionar, la victima mi "Hermano", mis ojos rasgados estaban abiertos de emoción, mientras me adaba por ese lugar desolado, donde pronto se volveria a el escenario de un caoz tan grande como el que una vez sufrio, y ahora sus restros pagarian.

Mi lengua alargada y casi vipeda colgaba de mis fauses mientras me relamia de emoción mientras el camino hacia parecer que eterno, demorando incomodamente mi diversion, solo compensado por mi imaginación y lo divetido que era pensar en todas las posibles salidas y conclusiones de mi "hermano", me empeze a imaginar que representaba el, tantas emociónes tantas cualidades y virtudes, asi como a su vez tambien existian tantos defectos y horribles manias de ese bastardo, que podrias ser el - Vamos quiero conocerte, quiero saber si eres o no lo que quiero destruir de ese estupido - Mi conclusión era simple, si valia la pena lo usaria como arma contra el, y sino lo destruiria para dañarlo y quitarle una parte de el.

Finalmente despues de una larga travecia de ser asechado muchas de esas estupidas cosas se empezaron a esfumar, alejandose como un presajio de lo que estaba por suceder, incluso su sed de sangre era inferior a su instinto de existencia, ellos ya predecian lo que vendria, debia elogiar eso, ni siquiera yo tenia ese sentido de preservación o presentir el peligro, retraje mi lengua para afilar mi mirada sabiendo que no debian estar tan lejos, seguramente fajandosela o violandola, contaminando el delicado cuerpo de esa mujer con nuestras sucias manos.

Sacudi mi mente al pensar y mesclarme con el o sus partes, yo ya no seria parte de el, y me encargaria de limpiarme con el tiempo, pues entre mas tiempo pasaba mas individualidad obtenia, pronto el telon que habia hecho, y mi manera de ser se volveria verdadera y esa parte de mi desapareceria con sus impuros pensamientos.

Finalmente llegue a lo que parecia ser un un edificio destrozado caminaba en la sima y podia escuchar en el fondo que daba a las escombrozas calles de Manchester esas dos voces, primero parecian muy armoneosas puesto que el solo se dedicaba a canturrear la magnificencia de su ser, pffffffff* estupido eso solo lo volvia mas como Alucard, tal vez seria mas facil matarlo antes de que me descubriera, pero lo dudaba mucho, asi como yo lo sentia el debia sentir que estaba cerca, me mofe mientras miraba la dignidad de esa mujer.

Me encamine a la orilla siendo tan siguiloso como el depredador que era, la noche me cuidaba mostrandose clemente y posandose al frente evitando que mi sombra se proyectara sobre ellos, y entonces note como el parecia aun dormido, pues no podia sentirme del todo, el no estaba enterado de mi presencia, mostre una sonrisa de gusto, que cara pondria cuando me viera, el seguro sabria quien soy, seguramente temeria, SI!!!!!, esa perra no sabia en medio de que se habia metido, era sumamente ironico que intentara defenderse de el, no era una deidad, nadie lo era, lo unico que existia era el poder, y sabia que yo tenia el poder de asotar este nefasto mundo y hacerlo girar a mi entorno.

Finalmente la mujer se puso en guardia nombrando a mi "hermano", asi que su nombre era Syd, no importaba parecia ser que ese imbecil pronto acabaria con una mujer intesante y eso no lo permitiria todo me pertenecia, asi como esa mujer seria mi herramienta pronto jalaria los hilos que moverian a Syd, mi sonrisa se hiso aun mas grande, y de un movimiento me deje caer al frente, apoyandome en la pared ladiada de ese edificio, para despues caer detras de ella, soltando un golpe con el antebrazo para quitarla de enmedio - Quitate me estorbas! - Levante mi mirada a Syd y sonriendo ande a el desenfundando una navaja de mariposa de un solo movimiento, moviendo 4 veces la muñeca para abrirla casi simultaneos.

Me pare a una distancia prudente de el completamente erguido, mostrando una pose hasta cierto punto elegante, mientras con la otra mano me acomodaba la corbata - Con que Syd?...... AJAAJAJAHJAHJAHAAJAJHAJAHAJ..... Que mierda de nombre es eso!!!!, AJHAJAHJAHAJAJ, uffff* bueno dejando eso de lado, vengo a obligarte a que formes parte de una pequeña obra que estoy montando, te interesa? , claro olvide mencionar que es eso o destruirte- La respuesta era mas simple que eso, en realidad nunca habia hecho una pregunta, mi mirada estaba puesta en el aunque era sumamente incomodo tener a una expectadora en esta hermosa reunion personal, por asi decirlo.

Voltie a ver a la mujer y sonrei maliciosamente, mostrando mi naturaleza totalmente tranquilo pese a que en verdad no era el momento para bajar la guardia, claro que no lo hacia pero de igual manera era mi forma muy particular de hacer las cosas - La misma pregunta va para ti mujer!, a diferencia de todos, se reconocer el talento, y con lo que vi, tu valor y eso que llaman locura, te vuelven valiosa, ahora decidan..... no me gusta que me hagan esperar - Sonrei a los dos dando un par de pasos hacia atras para luego recargarme en la pared, mirando a ambos, mientras los esperaba, mirandolos fijamente, mientras jugaba con mi navaja.

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